domingo, 18 de septiembre de 2011

Monopoly de contrabando

Tras poco más de dos semanas en España tengo la sensación de ser como los que volvían de Vietnam, aunque en menor medida, y en el buen sentido de la expresión, claro. Es decir: tocada.
Solo han sido 3 meses fuera....pero me había dado tiempo de sobra a acostumbrarme a la vida allí, y ahora me está resultando duro y extraño a partes iguales volver a estar aquí. Miro al otro lado de la carretera al cruzar la calle....en las tiendas se me escapan "excuse me" "sorry" y "cha" (así dicen "thank you" en Liverpool) cuando hablo con la gente....en definitiva. Va a ser muy duro.

Han sido muchas, muchísimas cosas las que nos han pasado. Tantas como para rellenar todo un libro. Cosa que deberíamos hacer para que no caigan en el olvido.

De momento hoy os voy a contar la anécdota con la que estamos triunfando al contarla a familiares y amigos. Fue el día que volvimos a España.
Resulta que tuvimos ciertos problemillas con los tacaños de Easyjet a la hora de facturar las maletas. En definitiva....nos querían cobrar ni mas ni menos que 240 libras por la tercera maleta que llevábamos (maleta que contratamos cuando compramos los billetes, pero que según ellos pesaba demasiado). Gracias a la cabezonería de Esther (yo reconozco que para esas cosas soy bastante blanda, y con tal de no tener movidas...si hay que pagar se paga) tomamos la decisión de vaciar la maleta, salvar todo lo que pudiéramos...y dejarla allí.
Tiramos un montón de cosas: ropa, papeles, sábanas, secador...pero lo que no íbamos a abandonar allí por nada del mundo era nuestro flamante Monopoly de The Beatles, a pesar de que no cabía en las maletas que llevábamos como equipaje de mano.



Hemos vivido en nuestras propias carnes lo tiquismiquis que son los de Easyjet a la hora de subir cosas al avión, así que temíamos que no nos dejaran subir el Monopoly en la mano (parece que no, pero la caja abulta, es muy alargada, no es como la del Monopoly corriente). Pero nuestra máxima era "NO SIN NUESTRO MONOPOLY", así que no se nos ocurrió otra cosa que meternos al baño y ocultarlo. ¿Cómo? os lo explicaré:

Esther cogió su palestina y se la ató a la cintura en plan mochilita de bebé, pero con Monopoly en lugar de bebé, y en la espalda en vez de en el pecho. Tras asegurarnos de que estuviera más o menos sujeto, se puso la gabardina y voilá. Ya teníamos oculto el Monopoly. Lo cierto es que los picos de la caja se le notaban un poco en la espalda, y tenía que andar recta y muy despacio para que no se le resbalara. Además de que la pobre iba asada de calor con la gabardina puesta. Pero en fin, si nos hubieran dicho algo habríamos replicado "tengan un poco mas de tacto, por dios, que la chica tiene chepa y está muy acomplejada".

Parecerá una tontería, pero íbamos total y absolutamente acojonadas. Por si nos pillaban, por si se le caía y se desparramaban todas las piezas, o por si a los pasajeros se chivaban al ver algo sospechoso en la espalda de Esther.
Tampoco recordamos que allí no hay pasillo de esos que se extienden para subir de la terminal al avión, sino que nos metían en un minibus que nos llevaba al avión. Así que se prolongaba nuestra agonía y acojonamiento. Pero lo logramos. Una vez dentro del avión nos las apañamos como pudimos para que Esther pudiera quitarse el Monopoly de la espalda sin que la azafata viera que lo habíamos colado destrangis. Y ya por fin pudimos respirar tranquilas. Estuvimos por echar una partidita y todo durante el viaje xD.

Ahora al contarlo todo el mundo se ríe (como para no)...incluídas nosotras mismas. Pero en aquel momento pasamos muchísima angustia. Si nos ponemos así con un Monopoly, cómo no nos pondremos si tuvieramos que pasar droga. Está claro que no valdríamos.

lunes, 22 de agosto de 2011

Españoles por el mundo: Liverpool

Ahora que por fin, tras casi dos meses practicamente incomunicada del mundo, volvemos a tener wifi en casa....iré actualizando el blog poco a poco. Y comienzo con una pequeña disertación sobre los turistas españoles aqui en Liverpool.

Desde que llegamos hemos ido recopilando mentalmente algunas de las....inclasificables perlas que tenemos que oir todos los dias de boca de los queridos paisanos que vienen de vacaciones a Liverpool. Muchas de ellas ya se nos han olvidado, pero aquí van algunas de ellas, las que por mucho que queramos (creedme, que lo queremos) no podemos olvidar.

  • Dos señoras ya tirando a la madurez, iban caminando por Mathew Street. Se detuvieron frente a la estatua de John Lennon.
- Señora número 1: Oye, ¿Quién es ese?
- Señora número 2: Pues quien va a ser! John Lennon
- Señora número 1: Ah, pues es mas guapo en la estatua que en persona.


  • Sin movernos de Mathew Street, nos centramos ahora en un grupo de chicos tipo juventudes del PP. Una de las chicas del grupo se detiene frente a The Cavern:
- Ey chicos, esperad. Que ahí baja la gente, será importante.


  • Una vez abajo, la chica centra su vista únicamente en una cabina de teléfono (de estas rojas típicas inglesas). Ella pasa de The Cavern, del escenario, de su decoración, de su historia, etc y dice:
- Ay! Por fin me voy a poder hacer una foto con una cabina

Liverpool, como cualquier otra ciudad inglesa, está plagada de cabinas. Pero la chica se quería hacer la foto con esa.


  • Seguimos en The Cavern. Esta vez nos llama la atención (que esa es otra, como para no llamarla, anda que no dan la nota los españoles vayan donde vayan ¬¬) un grupo de jovenes tipo Erasmus estandar: mínima cultura de turismo, máxima cultura de botellón. Una de las chicas le dice a otra:
- Tía, es el primer pub que veo con tantas escaleras para abajo. Porque yo para arriba he ido a muchos, pero para abajo....

  • Antes de irse de ese extraño pub con escaleras para abajo, la chica admira una de las numerosas vidrieras que decoran el interior de The Cavern y dice:
- Hazme una foto, pero que se vea la guitarra.

Era un bajo.

  • También en The Cavern, pero otro día, vemos 3 españoles, dos chicas y un chico. Actuaban Two of Us, como todos los días, dos hermanos que tocan canciones de Lennon y McCartney, la mayoría de ellas de su etapa en los Beatles. Los españoles se ponen en primerísima fila del escenario, sentados ya ni siquiera en mesas, sino en los propios altavoces del escenario. El chico no se sabía absolutamente ninguna de las canciones, pero movía los labios como si realmente se las supiera. El caso de la chica era diferente; quería darselas de que sabía (de hecho en un descanso, se puso a intentar ligotear con uno de los músicos) pero tras observarla un buen rato, descubrimos que solo seguía "Yesterday" con los labios. Y digo seguir con los labios, que no sabérsela, porque justo después el chico español no paraba de gritar lo único que sabía decir en inglés: come on, come on!, para animar a la chica a que subiera al escenario, interrumpiera la actuación, y nos "deleitara" con su voz. Y adivinad qué cantó. Yesterday. Ni siquiera se la sabía.



  • En la estación, dos andaluces cuentan su dinero. Uno de ellos lee una moneda en alto:
- Five pence

No "faif pens" como sería su correcta pronunciación, no. FIVE PENCE. Y a la moneda de one pound (una libra) le llamó monipeny. Y se quedó tan pancho.




Como dije antes, hemos escuchado muchisimas como estas. E incluso peores. Si consigo recordar algunas actualizaré esta entrada. Y con las que aún nos quedan por escuchar.

Prefiero no sacar demasiadas conclusiones sobre todo esto, solo diré que siento vergüenza ajena. Y a veces vergüenza de ser española.
En definitiva.....

sábado, 25 de junio de 2011

liverpool: 18 de junio

Muy poco acostumbrada estoy a decir que todo lo que planeamos sale a pedir de Milhouse, pero en el caso del 18 de junio fue así hoy, una semana después, con todos los nervios pasados, procederé a contaros de la forma más resumida posible lo que ocurrió el 18 de junio, día que ya NUNCA, JAMÁS olvidaremos.

Esther y yo llegamos al aeropuerto sobre las 11 de la mañana. Qué queréis que os diga, cada vez que piso el aeropuerto después de todo lo que viví en diciembre me dan escalofríos. Pero como he dicho antes, esta vez todo salió bien.
Facturamos las maletas y nos despedimos de nuestras familias (con saludito de rigor a lo "Lluvia de Estrellas" justo antes de pasar por el detector de metales). Un par de horas después, y tras clavarme 50 euros por facturar la maleta de mano, pues consideraron que el bolso ya era equipaje de mano (lo sé ¬¬ pero no quería arriesgarme a posibles retrasos, luego veréis por qué) subimos al avión. Despegó con 20 minutillos de retraso, pero en fin, lo raro en los aviones es que despeguen a su hora.

Llegamos al aeropuerto John Lennon de Liverpool a las 4 de la tarde. Tuvimos que hacer un pequeño transbordo de autobuses para llegar a nuestro barrio, Kensington.
En la puerta de nuestra nueva casa nos esperaba Adam, un chico muy majo, que fue quien nos dio a firmar los contratos, nos enseñó la casa, y al que tuvimos que pagar, claro.
En nuestra casa hay un chico más viviendo, Angel (todo un personaje, ya os hablaré de él...). El caso es que Adam nos dijo que habia dos chicos, y nos hemos pasado toda la semana elucubrando sobre como sería el misterioso compañero de casa al que nos vemos nunca. Como en teoría su habitación era la de la buhardilla, creímos que podría tratarse de Hugo, el siamés malo de Bart. Pero nada, el otro dia le pregunté a Ángel y me confirmó que no vivía nadie mas.

Nuestras habitaciones son enormes (la mía en concreto es como todo mi salón de la casa de Madrid). Con una cama de matrimonio, armario, mesilla...y lo que mas me gusta: un sistema de seguridad en la puerta con código numérico.
Con todo esto nos dieron casi las 6.30 de la tarde y, como dije antes, teníamos bastante prisa, así que aparcamos las maletas, nos cambiamos de ropa y fuimos pitando a la parada del bus.

Poco después llegamos al Empire Theatre, en el que a las 19.30 empezaba el concierto de Ringo Starr. Concierto para el que, por supuesto, teníamos entrada EN SEGUNDÍSIMA FILA!!!. Efectivamente, por esto teníamos prisa desde que pisamos Liverpool.

No os aburriré mucho con los detalles del concierto, pero solo os diré que el 18 de junio, a mis 22 años de existencia, y hasta la fecha...fue el día más feliz de mi vida. Verle en persona, tenerle tan cerca....es algo que no puedo describiros con palabras.
Pero no quedó aquí la cosa...en un momento más o menos de silencio se me escapó un "RINGOOOOO". Él, lógicamente (estabamos en segunda fila) lo escuchó. Me miró, leyó mi chapa de "I love Ringo", sonrió y me "imitó" con otro "Ringooo, I love Ringoooo!". ¿Sabéis lo que significa para mi que Ringo Starr...MI RINGO STARR se percatara de mi existencia durante unos segundos?? No pude ser más feliz en ese momento.
De la existencia de Esther también se percató poco después, pues ella se quedó de pie para hacerle ubna foto cuando el resto nos sentamos, y la dijo "posaré para ti". Y posó! xD. Vaya fotaca *___*

Después llegó el momento que """"temía""""....cuando cantó Photograph .Una vez más...¿sabéis lo que significó para mí escuchar mi canción favorita en directo?. No pude evitarlo...me "derrumbé" y me puse a llorar. Tampoco puedo describir con palabras lo que sentí en ese momento.
El concierto duró unas 3 horas (que se nos pasaron volando) y, aunque echamos de menos alguna que otra canción, y, sobre todo, la presencia sorpresa de Paul McCartney (siendo su cumpleaños, y siendo el concierto en Liverpool...muchos teníamos la esperanza de que apareciera...pero nada) el concierto fue absolutamente genial.

Creo que aun, justo una semana después, no somos conscientes...no hemos asimilado que hemos visto en persona a Ringo Starr. Por más que miramos las fotos y vídeos, pensamos "no puede ser, no he podido estar allí". Pero sí señores, estuvimos, le vimos de cerca, nos "habló"...¿qué más se puede pedir para mejorar nuestro primer día en Liverpool?. Seguiremos informando de nuestras aventuras liverpoolianas!

Espero poder ir subiendo fotos a facebook, gracias por leerme!!! xxxx