domingo, 29 de noviembre de 2009

Mi escena favorita

Antes de empezar...el pasado día 27, este mi blog cumplió un año. Un año reflexiones, recuerdos, experiencias, idas de olla, viajes, críticas de cine...y un año de vuestros comentarios. Gracias por seguir ahí!

Como ya dije, hoy voy a inaugurar una nueva sección cinéfila.

Al igual que hago con las críticas, de vez en cuando elegiré una de mis pelis favoritas y comentaré mi escena favorita, explicando el por qué.


La idea me vino ayer, revisionando La Comunidad del Anillo, mi favorita de la trilogía. Merecedora sin duda de incluirse en mi lista de "películas que me marcaron", junto con las otras tantas que ya conocéis.


Antes de continuar, y cómo sé lo que jode que te chafen una peli (que no tiene por qué ser el final necesariamente), siempre haré esto: SI NO HABÉIS VISTO LA COMUNIDAD DEL ANILLO, NO SIGÁIS LEYENDO.




Es realmente difícil quedarse sólo con una escena tratándose de una película tan espectacular. De hecho me ha dolido (y seguramente me dolerá con las pelis que comente en un futuro) mucho tener que dejar fuera a un par que después comentaré. Pero en fin, creo que mi favorita es...


En el concilio de Elrond, cuando se acuerda que alguien tiene que llevar el Anillo a Mordor, y se ponen a discutir. Enanos contra elfos, hombres contra enanos...en definitiva, todos contra todos:



En mi opinión, no sólo discuten porque no quieren que los demás lleven el Anillo, sino porque en el fondo...ninguno se atreve a hacerlo.
Es entonces cuando el pequeño Frodo se levanta e, intentándose hacerse oír entre el alboroto grita: ¡Yo lo llevaré!

La emotiva expresión en el rostro de Gandalf cuando mira a Frodo en ese momento es difícil de verse sólo en un fotograma, pero es realmente enternecedora, y llena de orgullo por el pequeño hobbit. También hay asombro y sorpresa en la mirada de todos los demás.




Como el mismo Frodo dice después, no sabe cómo va a hacerlo, pero lo va a llevar. Ha comprendido que su destino está inevitablemente ligado al Anillo, y quiere creer que algún día encontrará el valor para desempeñar tan peligrosa tarea.


Como en toda buena película (y en toda buena banda sonora) la música influye mucho en la reacción que provoca una escena. Y aquí se da el caso, la maravillosa composición de Howard Shore (la música de esta escena es a partir del 2:15 de la canción que suena hoy).



Las otras dos escenas que se quedaron a las puertas son la heróica muerte de Boromir. Algo más que su muerte, su catarsis: sabe que ha actuado mal para con Frodo, lo que conlleva con toda la Comunidad, y consigue redimirse luchando ferozmente para proteger a los hobbits, aún con 3 flechas clavadas en su pecho.
Y también la de la "muerte" de Gandalf, con la que, aún sabiendo que no moría (ya que me había leído el libro) no pude evitar llorar como una magdalena (la música también tiene mucha culpa aquí). Y aún sigo llorando cuando la veo.

Hasta aquí la primera entrega de esta nueva sección. Si no os ha aburrido, espero que, si habéis visto la peli, me digáis cuál es vuestra escena favorita para contrastar opiniones!.


miércoles, 25 de noviembre de 2009

Quiero que estés atento

«Todo efecto mágico consta de tres partes, o actos. La primera parte es la presentación: el mago muestra algo ordinario; una baraja de cartas, un pájaro o una persona. El mago lo exhibe, os puede invitar a que lo examinéis, para que veáis que no hay nada raro, que todo es normal...pero claro, probablemente no sea así.


El segundo acto es la actuación: el mago, con eso que era ordinario, consigue hacer algo extraordinario. Entonces intentaréis descubrir el truco, pero no lo conseguiréis, porque en el fondo...no queréis saber cuál es. Lo que queréis es que...os engañen.

Pero todavía no aplaudiréis. Que hagan desaparecer algo no es suficiente, tienen que hacerlo reaparecer.


Por eso todo efecto mágico consta de un tercer acto, la parte más complicada. Este acto es el prestigio...»




Con esta pequeña reflexión empieza El Truco Final (The Prestige). El otro día la pusieron en la tele, y como hacía mucho que no la revisionaba, la ví.

Es la tercera vez que la veo, y a la tercera va la vencida...qué peliculón.



Por cierto, tengo ese poster en mi habitación, y no lo puedo mirar mucho tiempo porque me mareo xD.


Me parece totalmente increible que no me gustara la primera vez que la ví. Supongo que llevé al cine esos prejuicios que tanto me perjudican y que a veces me privan de buenas películas: tras la cámara esta Christopher Nolan, responsable de las dos últimas entregas de Batman. Y es precisamente por eso por lo que le tengo atravesado. Sin ser malas (pero tampoco tan buenas como todo el mundo dice, creo que no apruebo ni a Batman Begins ni a El Caballero Oscuro) no dejan de ser una patada en los cataplines a mi frikismo burtoniano. Y eso no lo perdono.


La segunda vez que la ví ya la dí el aprobadillo y hasta me la compré en dvd. Pero no me parecía nada fuera de lo normal. Ahora que la he revisionado...joder, SI me lo parece!.



Protagonizada por dos de mis actores favoritos, Hugh Jackman y, sobre todo Christian Bale, la película nos cuenta la historia de dos jóvenes magos que sueñan con hacerse un hueco en los escenarios del oscuro Londres finales del siglo XIX.

A raíz de un trágico accidente durante una de las funciones, lo que en un principio era una amistad se convierte en una contínua rivalidad que acaba turnando en una latente enemistad, plagada de obsesión, envidias, trampas, traiciones y ambición.


Un interminable tira y afloja entre el ratón y el gato. Y aquí reside uno de los principales atractivos de la película: ¿quién es el ratón y quién es el gato?.
Es imposible ponerse del lado del bueno y odiar al malo porque, sencillamente...no hay ni bueno ni malo.

Son basicamente dos hombres cuyas respectivas personalidades están condenadas a no entenderse jamás.





Por una parte tenemos al altivo, y algo pomposo y excesivo (y también con ciertos toques de showman) Robert Angier (Jackman). Un mago al que no le gusta mancharse las manos pero sí adornar sus trucos.










Luego tenemos al sobrio, curioso y ambicioso Alfred Borden (Bale), menos precupado por la presentación, pero obcecado con el prestigio. Un ansia insaciable de saber y de llegar hasta el núcleo mismo del truco.





Dos personajes de carácter complejo que probablemente, sin los distintos (pero magníficos) talentos interpretativos de Hugh Jackman y Christian Bale, no habrían logrado que la película funcionara. También hago mención especial a Michael Caine, que, aunque me cae muy mal, es un grandísimo actor.



No llega al 10 por dos pequeños fallitos que le saco. El primero...la (como siempre) pésima Scarlett Johansson. Una mujer que se hace llamar actriz, y cuyas dudosas dotes interpretativas no pasan de sus eternos morritos y de su cara de hacer pucheros. Y si encima le añadimos que traspasa a la gran pantalla su frustrada intención de querer ser la nueva Marilyn Monroe (cosa que denota una clarísima falta de personalidad)...hace que pierda todo el respeto por ella.


El otro fallo es que uno de los dos supuestos factores sorpresa del final...para mí no fue tanta sorpresa. Empecé a tener sospechas casi nada más empezar la película, y efectivamente, no me equivocaba. Aunque reconozco que el otro me dejó picueta xD.


Pero aún así...en el fondo, no quería saber cuál era el truco, porque en el fondo lo que queremos es que nos engañen ;)


En definitiva: 9/10.







PD= Gracias a Montse y Anabel por prestarme su ayuda para buscar una palabra que no me salía para poder terminar de escribir la crítica xD. Aún no he conseguido dar con la que buscaba, pero con esos sinónimos me vale :D

sábado, 21 de noviembre de 2009

Recuerdos de la infancia

De vez en cuando me da por sacar del armario el montón de albumes de fotos antiguas que tenemos, y esto me ha hecho pensar en algunas anécdotas de mi tierna infancia.








- Una supuesta bruja que había en mi familia le dijo a mi madre cuando aún estaba embarazada que iba a ser un niño. Mi padre cree que sólo lo dijo por joder, ya que sabía que ellos querían niña. Por si acaso tenían pensado el nombre...si hubiera sido niño me hubiera llamado Miguel.






- A mi madre tuvieron que provocarle el parto, porque por lo visto no quería salir. Y cuando salí...en lugar de llorar, como hacen todos los niños...yo gritaba. Según dijeron los presentes (es decir, el personal sanitario y mi padre) jamás habían visto, mejor dicho oído, nada parecido. Ya véis, el carácter me viene de nacimiento, literalmente.






- Nací con pelo, y bastante oscuro. Conforme fui creciendo se me fue aclarando hasta llegar el punto de tenerlo rubiiiito rubito, del color del oro. Luego se me volvió a ir oscureciendo hasta alcanzar el castaño claro de la actualidad.






- Con pocos meses tuve el problema de salud que me acompañaría ya el resto de mi vida: las anginas. Pero aquella vez fue peor el remedio que la enfermedad: el pediatra me mandó un antibiótico demasiado fuerte para una personita tan joven, y tuvieron que llevarme a urgencias.






- Recuerdo que siempre me decían lo mucho que me parecía a mi abuela paterna (que en paz descanse). Y yo siempre decía que estaban ciegos. Pero ahora que me voy haciendo mayor...cada vez me veo más parecido con ella. Y me siento orgullosa.






- Ya desde pequeña me sentía fascinada por el mundo del cine y la farándula en general, sino, mirad mis poses, con apenas 3 o 4 años:










- Hablando de cine: recibí una gran educación cinéfila, sobre todo por parte de mi tío (que casualmente tiene un aire al Obi-Wan del Episodio II. Ahora entenderéis lo de casualmente). Cada vez que íbamos a su casa por algún cumpleaños siempre nos ponía la trilogía clásica de Star Wars (es decir, la buena) y desde muy pequeñita me enseñaba los nombres de todos los personajes. De hecho, la batalla sobre el hielo del Episodio V (mi favorito), con los gigantescos AT-AT, es uno de mis más antiguos recuerdos en mi vida, por no decir el más antiguo.











- Siguiendo con el cine y, como todos sabréis, ví Willow cuando sólo contaba 5 años. Mi padre me la tuvo que grabar 3 veces porque rompía las cintas de tanto verla. También me la ponía mi tío porque sabía que me encantaba; bueno, a mí, a mi hermano y a mis primos: de hecho, su gato (que aún le tienes vivito y coleando, con 14 añacos), que era hermano de la mía, se llama Raziel. Ya sé que En la peli Raziel es una mujer, pero es que al principio pensamos que era una gata xD.



Aunque la peli me encantaba, me aterraban los perros-rata (sobre todo en la persecución del principio) y los trolls.



De ahí, de los 5 años y hasta ahora, me viene mi amor incondicional hacia Val Kilmer.










- Tendría más o menos esa edad cuando, en un descuido de mis padres, ví un trozo de la película It (concretamente la escena de la alcantarilla), y fue ahí cuando desarrollé la fobia a los payasos que me sigue atormentando. Recuerdo que en el cumple de una compañera de cole norteamericana había un payaso y tuvieron que llamar a mi madre para que viniera a buscarme porque pensaban que me daba algo entre lloros e hiperventilación. Pasé un rato jodido, la verdad.







- No todo en mi educación cinéfila ha sido positivo: de forma involuntaria, mi padre provocó que le cogiera asco a los westerns en general, y a John Wayne en particular. Le encantan, y de verlo una y otra vez...los tengo un odio horrible. Mi madre también tenía (y aún tiene) especial fijación con el Drácula de Coppola, y obviamente contribuyó bastante al hecho de que odie esa película.







- Me encantaban los dibujos animados de aquella época. Mis favoritos eran Los Mosqueperros. Aunque también Willy Fog, Oliver y Benji, Bola de Dragón, Transformers, Las Tortugas Ninja, David el Gnomo, Bitelchús... Y por supuesto también los clásicos Disney, sobre todo Peter Pan, La Bella y la Bestia, Aladdin, La Cenicienta, El Rey León, Los Aristogatos, Pinocho...







- Cuando era pequeña no tenía ningún problema con el sol. Pasaba, por mi afición a la pesca, muchas horas bajo el sol y no pasaba absolutamente nada. Ni siquiera me quemaba, a pesar de lo blanca que he sido siempre. Ha sido relativamente tarde, más o menos a los 17/18 años, cuando he empezado a desarrollar la alergia (y con ello la fotofobia) que tanto me amargan la existencia en verano.







- Algo que ahora me parece tan simple como ir de compras al centro de Madrid, cuando era pequeña me entusiasmaba sobremanera. Me hacía muchísima ilusión ir con mis padres y mi hermano (el autobús me encantaba!!), sobre todo si era navidad.











- Hablando de navidad...recuerdo cuando Cortilandia era como dios manda (y no como los cuatro muñecos mierderos empotrados en una fachada que ponen ahora). El de los dinosaurios fue bestial, aunque me daba muchísimo miedo el mamut (y a mi hermano el tiranosaurio xD).







- Cuando mi hermano y yo todavía compartíamos habitación, las noches de navidad y de reyes hacíamos elaborados planes para proceder a la apertura de los regalos. Con walkie-talkies incluidos, uno se quedaba en la habitación y otro iba al salón a inspeccionar. Si los regalos estaban ahí, por medio del walkie-talkie avisaba al otro, y ya podíamos abrirlos.



Por culpa del poco afecto que tengo por dormir, y de que cuando duermo el vuelo de una mosca me despierta...descubrí la farsa a una edad muy temprana, pero me callé para así seguir recibiendo regalos.







- Me he disfrazado de Blancanieves, de Batman (aunque era tan pequeña que se me caía la máscara) y de menina. Eso sin contar la infinidad de años que me tocó hacer de Virgen María en la obra de teatro del colegio. Siempre me tocaba a mí, no fallaba.







- Me pillé la mano derecha con la puerta de la terraza, y se me cayó la uña del dedo anular. Desde entonces me crece de una forma distinta. También puse la palma de la mano en la plancha encendida, me rajé la pierna con una lata de tomate (que me ha dejado una cicatriz bastante ancha) y me hice una herida que ocupaba todo el puente de la nariz al caerme por una pendiente de cemento (como no me estaba quieta, tragué muchísimo alcohol cuando mi tía me la curó).







- Me daba mucho miedo el afilador de cuchillos. Cada vez que le oía tocar esa especie de armónica que llevan me encerraba en mi habitación.







- También me gustaba mucho ir a la feria, en aquellos tiempos en los que los pokeros y las chonis no se adueñaban del lugar. Me gustaba especialmente la atracción de los ponys (ahora que soy mayor me alegro de que desapareciera, era una crueldad) y detestaba El Dragón porque mi padre me subió siendo practicamente un bebé y la cogí tirria. No volví a montar hasta bien entradita en años. Otra que jamás llegué a probar fue El Tren Chu-Chu, pues había un payaso que se dedicaba a echar agua con un fru-fru y a dar martillazos con un martillo de goma.



Y el algodón de azucar...qué rico!



- El día de mi comunión (la hice obligada ¬¬) la tuna me cantó Malagueña Salerosa, cambiando "malagueña" por "madrileña".







- Mi hermano iba a una academia de inglés que hay justo debajo de mi casa, y cuando se acercaba la hora de salir, yo, que soy 3 años más pequeña, decía: me voy a buscar al pitufo.







- Me gustaban mucho los trucos de magia, pero era muy torpe, así que me limitaba a ser la ayudante-gancho de mi hermano (que era el mago de verdad) cuando hacíamos los espectaculos de Magia Borrás en nochebuena, nochevieja, cumpleaños, etc.
Mi torpeza con los trucos de magia no ha desaparecido al pasar de la infancia a la edad adulta. Sólo soy capaz de hacer ese de sacar una moneda de la oreja.











Ay! tantos y tantos recuerdos! tengo muchísimos más, pero cuando me he puesto a escribirlos se me han ido olvidando. Luego me volveré a acordar cuando haya publicado la entrada, como siempre.



¡Quién fuera niño otra vez!


jueves, 5 de noviembre de 2009

El Kiosco

Y digo yo, ¿de qué me habrá servido descansar del blog para quitarme temporalmente la tontería con Damián si me he pasado el día entero buscando los vídeos, vídeos en los que sale él, para hacer la entrada de hoy? Definitivamente, este chico no es bueno para mi salud mental xD.

Pues eso. Desde el domingo hasta hoy jueves, me habré re-visionado absolutamente todos los vídeos del Kiosco que hay en Youtube (como no podía dormir por mi problema respiratorio, me llevaba la Wii al salón, y con el canal internet me pasaba toda la noche viéndolos).

Y es que, como ya dije, SON LOS MEJORES. Es la mejor sección del programa, con diferencia. Y sigo pensando que deberían salir más. Hay quien dice "¿cómo van a salir más si se pasan el programa metidos debajo de la mesa?". También es verdad, pero se puede sacar tiempo. Como por ejemplo echando a la petarda de Raquel Martos. No sé si sólo me pasa a mí, pero es que creo que desentona totalmente con el estilo del programa. Si por lo menos hiciera gracia...pero es que ni siquiera eso. Tiene la gracia en el culo. Es así.

Hay mucha gente que critica a Juan y Damián (como dijo Montse de su amiga en el comentario) cuando arremeten con ciertas revistas: los culturistas los odiarán cuando se meten con las revistas de culturistas (o como dice Damián...revistas tan gordas como las venas de sus lectores). Los cazadores los odian cuando se meten con la Jara y Sedal...y así sucesivamente.

Y también los tachan de machistas (cosa totalmente falsa, dijo Juan una vez, nosotros nunca hemos estado tachados xD) cuando critican a la Cosmopolitan, la Sexologies...pero qué queréis que os diga; yo soy mujer y para nada me siento ofendida con sus comentarios. AL CONTRARIO, me parto el ojete con ellos.

Y es que, y aquí estaréis de acuerdo conmigo, todas las revistas que sacan en la sección están pidiendo a gritos que se metan con ellas. Porque menudos artículos (y fotos) que traen.

No sólo no me siento ofendida, sino que me río (aún más) cuando arrementen contra las revistas para la mujer, o como nos llaman ellos: LA MUJER, ESE GRAN DESCONOCIDO :D.

Por eso he seleccionado (y me ha costado mucho trabajo poner sólo 3) estos vídeos. Yo os recomiendaría que los viérais enteros, porque son un descojone. Pero si estáis en plan vago, os digo los minutos exactos;)

Aquí empiezan a hablar de la revista Mi Ginecólogo del minuto 4:54 hasta el final. Me encanta cómo Damián describe las cremas y esas cosas que usamos las chicas xD. También hay incluída una de las mortales carcajadas de Juan:




Aquí comentan 3 artículos de la Cosmopolitan (es el vídeo entero). Pero hago especial mención al último, que empieza en el 1:33 y ya dura hasta el final: Frases que no deben decir los hombres en la primera cita. Es buenísimo. Y la conclusión final de Damián ya lo remata xD:






Y este es mi favorito. Desde el 2:52 hasta el 5:36 comentan la Cosmopolitan one more time. Sobre un artículo que va de trucos raritos pero que funcionan. A raíz del primero de los trucos, se ponen a explicar el dilema que es lavarse el pelo para una mujer (lo mejor del vídeo, de verdad)...ES CIERTO. Es todo cierto! La de veces que me habrán dicho a mí de salir y haberles contestado: me tengo que lavar el pelo, como dice Juan. Y el medio siglo que tardo para lavármelo y el otro medio para secármelo. Y también la de veces que me he puesto de rodillas en la bañera para lavármelo! como dice Damián (les hace gracia, qué le vamos a hacer, jajaja).
Lo del papel higiénico también es de traca. Vedlo, por favor :D






Como propina, os dejo este más cortito. No tiene que ver nada con revistas para la mujer...LA MUJER, ESE GRAN DESCONOCIDO. Aquí hablan sobre Las Hurdes, un pueblo en el que ocurren cosas para-anormales. Les da la risa y casi no pueden seguir. Sobre todo cuando narran los escalofriantes testimonios de Ermilinda y Librada (0:46). Yo lo ví en directo y acabé con dolor de estómago de tanto reírme:




Una vez más, LOS MEJORES. No me cansaré de repetirlo. Los mejores.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Distracciones

Eso es lo que necesito. Acabo de volver del médico con una buena noticia y una mala.
Pero primero contemos la historia.

Hace cosa de una semana empecé a notar como una especie de presión en el pecho, que me impedía respirar bien: esas respiraciones largas que tenemos de vez en cuando (como las que echamos cuando suspiramos), no las cogía bien. Pensé que se me pasaría, pues otras veces me ha ocurrido (sobre todo en la cama) pero la molestia desaparecía a los pocos minutos. Pero como no se me pasaba (y la verdad es algo realmente incómodo) decidí ir al médico.

También tengo que reconocer que estaba bastante asustada, pues a mí los catarros me empiezan siempre en la nariz, para luego ir bajando a la garganta e ir a mi talón de Aquiles: las anginas. Y así armar la zapatiesta.

Pero esta vez...ni mocos, ni estornudos, ni dolor de garganta ni nada. Absolutamente ningún dolor. Sólo ese que de vez en cuando me pinchaba algo el pecho (una especie de incómodo ardor, como consecuencia del terrible esfuerzo que tengo que hacer para respirar bien). Pero el médico me tranquilizó: dice que este año los catarros vienen muy raros. Y además, con el ambiente seco que hay, es bastante normal que ataque a la respiración. Me dijo también que sólo tenía algunas flemas estancadas en el pecho.

Total, me mandó un jarabe para las flemas y un antistamínico...

5 días tomándolo y no he notado que me haga efecto alguno. Me atrevería a decir que estaba incluso peor. Literalmente no puedo dormir: llevo 4 días seguidos acostándome en el sofá, porque en la cama la sensación de ahogo se agrava. Y cuando por fin consigo coger el sueño...apenas me dura 2 o 3 horas. Pero bueno, ya sabéis que la falta de sueño no supone ningún problema para mí.

Así que esta mañana he decidido volver al médico. Me ha auscultado una vez más con la cosa esa que está tan fría y...asombrosamente, me ha dicho que mis bronquios ya están totalmente limpios (esa es la buena). Me ha quitado el jarabe (aunque conservo el tratamiento del antístamínico).

Entonces, si ya estoy bien...por qué la sensación de ahogo no desaparece?. El médico ha sido rotundo: es posible que tengas un cuadro de angustia, me ha dicho (y esa es la mala).

Yo algo me olía de que hubiera algo psicológico, la verdad. Porque cuando estoy distraida, trajinando (lavando los platos, haciendo la comida, tendiendo la ropa...) o incluso viendo la tele (eso sí, sólo El Último Superviviente, porque sólo mi amado Bear Grylls es capaz de distraerme. Y lo digo en serio, cuando hay anuncios me vuelve a dar xD) respiro con normalidad. La cosa cambia en el momento de acostarse. De verdad, no sé si os podréis hacer una idea, pero es realmente desagradable y angustioso, eso de no poder respirar. Y también se pasa cierto miedo.

La receta del médico...simplemente que busque distracciones. Que haga lo que sea con tal de no pensar en mi respiración.

He probado a leer, pero no me distrae lo suficiente. Así que aquí estoy. Parece que aquí sí que me distraigo: en el Facebook, jugando al Pet Society, escuchando música, viendo fotos. Montse también me ha recomendado que cocine, cosa que probaré esta tarde (haré gelatina y tortitas!). Y también escribiendo en este mi blog. No sé, me relaja y me distrae bastante.
Es posible incluso que hoy escriba alguna entrada más. Pero lo hago por prescripción médica, que conste!

PD= Estoy abierta a cualquier otra sugerencia para distraerme :D