sábado, 29 de noviembre de 2008

Josh and Me (capítulo 1)

Como hoy es sábado, hace biruji y además la Navidad está a la vuelta de la esquina...estoy contenta. Y en mi caso estar contenta implica estar ñoña (más de lo habitual) así que he decidido dedicarle mi entrada de hoy a este caballero, y os voy a hablar de mi “reencuentro” con él, hace escasamente dos semanas. Nuestros caminos no se cruzaban desde hace casi tres años, y volverle a ver ha llenado de gozo mi corazón (entendéis ahora lo de ñoña, ¿no? xD).

Yo me tomo la libertad de llamarle Josh porque yo soy así (ahora vas y lo cascas) y porque si digo el nombre sin abreviar me recuerda Omaíta y compañía. Este caballerete se llama Joshua Jackson, y asomó la cabecita en Vancouver (Canadá) hace 30 añitos. Él fue la razón por la que me medio-enganché a aquel culebrón llamado “Dawson Crece”. Todo ocurrió en el verano de 2006...como por aquel entonces estaba en mi época estudiantil del instituto, lo cual suponía 3 meses de aburridas vacaciones, estaba ociosa. Por las mañanas me dedicaba a hacer zapping con el pie (habéis leído bien, la tele de mi cuarto es tan viejuna que no tiene mando a distancia) y a darle golpes a la tele cuando ésta se subía y se bajaba de volumen ella sola. También se quedaba pillada muchas veces, y tenía que levantarme a apagarla y volverla a encender. Pues bien, una de esas veces se quedó pillada en la 2...y allí estaba mi querido Pacey (así se llamaba la pobre criatura en la serie ¬¬). El caso es que ya le conocía, tanto a él como a la serie, pero nunca me había parado a pensar lo jodidamente mono que es. El caso es que, sin darme cuenta, al día siguiente me encontraba allí, tumbada en mi cama...tragándome un capítulo de “Dawson Crece” (!!). Antes he puesto lo de estar “medio-enganchada”, porque mi visionado de la serie consistía en cambiar de canal cuando no salía Pacey, así que no me enteraba de la misa la mitad. Así comenzó mi “historia de amor” con Josh. Recuerdo que ese mismo año, ya en septiembre, en Antena 3 pusieron una peli suya (donde también salía el cabezón Grissom)...y mi visionado de la peli seguía el mismo patrón que mi visionado de la serie.
Bueno, que me estoy desviando...¿no se supone que iba a hablar de nuestro reencuentro?. Pues eso, imaginad mi asombro y estupefacción (me encantan estas palabras rarunas!) cuando hace un par de semanas me compré "Bobby", la peli de la que hablé en mi primera entrada...y al ver el dorso de la carátula le veo a él. “¿Es Joshua Jackson? No puede ser, la foto es chiquitica, seguro que es uno que se le parece”. Pues no era uno que se le parecía, era él. Lo comprobé esa misma tarde cuando vi la peli. No es por nada, pero de todos los actores que salen (que no son pocos) él, junto a Sharon Stone, es lo puto mejor de la peli. Y está de guapo con su trajecito y ese peinado con ondas típico de los 60’s...
No se me da bien esto de escribir un cierre...así que...os diré dos cosas: que está mucho más guapo ahora con 30 años que con 20...y... que mi tele sigue igual.

PD1= Lo hago aposta y no me sale! acaban de poner el capítulo de los Simpson en el que (en la VO) él pone la voz al ecologista del que se enamora Lisa.

PD2= La canción de hoy ("She Loves You") no está elegida al azar xD




viernes, 28 de noviembre de 2008

Expo Star Wars

Antes de empezar con mis chorradas como pianos, dar las gracias a mi querida Irma (Hikari) por ayudarme a adaptarme con el dichoso blog, y por añadirme a su lista. Eres un cielo, y lo sabes!


Y ahora, al lío...



No pienso ocultar mi frikismo por esta saga, aunque tengo que decir en mi defensa que no soy de la clase de frikis que se disfrazaba para ir al estreno de las pelis y esas cosas. A mí sólo me gustan las peliculas.
El pasado día 15 se inauguró en Madrid una exposición sobre las pelis de George "papadón" Lucas, y allí fui yo al día siguiente, acompañada de mi hermano Jorge, y de Dave. Llegamos sobre las 6 de la tarde, y como era un día después de la inauguración había una cola que riete tu de la del vestido de boda de la infanta Elena. Pero como yo soy muy cabezota, me puse en la cola. El dúo dinámico no dejó de darme la lata para que nos fueramos y volviéramos mañana, y tras unos minutos de reflexión accedí a irme, pero no porque me lo dijeran ellos, sino porque acababa de descubrir que las pilas de la cámara estaban gastadas.


Así que volvimos al día siguiente, a una hora más prudencial (la 1 de la tarde) y tras media hora de cola conseguimos entrar. La verdad es que me esperaba mucho más de la expo, supongo que sería por los 10 pavazos que nos cobraron de entrada. Y también supongo que me cabreé de una manera monumental al no encontrar ni un sólo artículo (ya sea traje, armas...) de mi querido Han Solo, que para mí es lo puto mejor de la trilogía. Sólo había un mísero luminoso...Por lo demás...navecitas, maquetas, trajecitos, marionetas (los androides, Yoda...).
Por lo menos tuvieron la decencia de traer a Chewbacca y a Darth Vader (sólo faltaba!).
La verdad es que impresiona verlos en persona...Los vestidos de Padme son preciosos, pero me sorprendió comprobar que el traje en sí abultaba más que la propia Natalie Portman (!!)





Tras visitar todos los planetas (sí, planetas, la expo estaba dividida en salas que llevaban el nombre de un planeta, sistema...de Star Wars) salimos para comer. Me puse hasta el ojete con un mini de salchipapas y una porra de chocolate. Luego casi ni me entraba el frenadol!!!


Y volvimos a entrar a la expo, esta vez para ir a la escuela Jedi: una especie de espectáculo como los que hacen en la Warner o en Disneyland, pero a lo cutre. Dos ¿Jedis? sacaban a algunos niños del público (esto es una injusticia, yo quería salir, pero claro, por ser viejuna me discriminan...) los enseñan movimientos con la espada laser y esas cosas. Lo que sí moló fue cuando salio Darth Vader (bajando triunfal por las escaleras, y mentiría si dijera que por un momento no pensé "que se caiga!!") y los niños lucharon con él hasta que le derrotaron. Luego también se cargaron al Emperador, que estaba en el escenario casi desde el principio, y Dave y yo llegamos a la conclusión de que o era un muñeco o es que al actor le había dao un aire y no se movía.


En fin, eso es todo, os dejo con esta adorable foto de familia, ideal para poner junto al árbol de navidad, ahora que se acercan las fechas. Me hace gracia porque no parece la foto de una foto, sino que estaban ellos allí xD.





¡Que la fuerza os acompañe!

jueves, 27 de noviembre de 2008

Discurso de inauguración

Bueno, pues he aquí los efectos secundarios naturales del aburrimiento: he creado un blog. Como soy bastante vaga para estas cosas del inteñé, lo más seguro es que escriba de Pascuas a Ramos, pero la intención es lo que cuenta.
Como soy muy, pero que muy cinéfila, la mayoría de las entradas tratarán sobre pelis, of course. Aunque no sé, también sobre musica, libros, chanantismo y esas cosas. Y quién sabe, puede que algún día me de por filosofar (lo hago bastante a menudo, pero nunca antes había dejado constancia escrita xD). Y precisamente, en mi primera entrada he decidido filosofar, pero ha sido una filosofía prestada. Mientras me voy entendiendo con todo esto (me temo que me queda muuuucho que aprender, ya os pediré ayuda, jeje)...os dejo con un discurso del senador Robert F. Kennedy, que pronunció meses antes de que le mataran el 5 de junio de 1968, la misma noche que habría ganado las primarias de EEUU.
He de decir que no me va nada la política, pero este discurso es realmente precioso. Lo he sacado de la película Bobby. Si no la habéis visto, ya tardáis. Os la recomiendo!. En fin, que ahí queda la cosa...




«Hoy no es un día para política. Aprovecharé esta oportunidad, mi único acto de hoy, para hablarles brevemente de la insensata violencia en América, que de nuevo salpica nuestro país, y la vida de todos nosotros. No incumbe a una sola raza, las víctimas de la violencia son negras y blancas, ricas y pobres, jovenes y viejas, famosas y desconocidas. Son sobre todas las cosas seres humanos a los que otros seres humanos querían y necesitaban.


Nadie, viva donde viva, haga lo que haga, puede estar seguro de quién será el próximo en sufrir por un acto insensato de derramamiento de sangre. Y sin embargo sigue, y sigue, y sigue en este país nuestro. ¿Por qué? ¿qué ha conseguido siempre la violencia? ¿qué ha creado siempre?. Siempre que un americano pone fin a la vida de otro americano innecesariamente, ya sea en nombre de la ley, o desafiando la ley. Ya sea un hombre o una banda, a sangre fría o con rabia, en un ataque de violencia o respondiendo a la violencia, siempre que se rasgue el lienzo de una vida, que otro hombre ha tejido torpe y penosamente para él y sus hijos, siempre que hagamos eso, la nación entera será degradada. Y sin embargo parecemos tolerar un nivel creciente de violencia, que ignora nuestra común humanidad y nuestras demandas a la civilización.



Demasiadas veces celebramos la arrogancia y la chulería, y a los bravucones. Demasiado a menudo excusamos a los que quieren construir su vida sobre los sueños destrozados de otros seres humanos.



Pero hay una cosa clara: la violencia engendra violencia. La represión engendra venganza, y sólo una limpieza de toda nuestra sociedad puede arrancar este mal de nuestros corazones. Pues cuando enseñas a un hombre a odiar y a temer a su hermano, cuando le enseñas que es un ser inferior por su color o sus creencias, o las normas que sigue. Cuando le enseñas que los que son distintos a tí, amenazan tu libertad, o tu trabajo, o tu hogar, o tu familia, entonces aprende también a enfretarse a los otros. No como conciudadanos, sino como enemigos, recibiéndolos no como cooperantes, sino como invasores que subyugan y someten.



Y al final aprendemos a mirar a nuestros hermanos como extraños. Extraños con los que compartimos una ciudad, pero no una comunidad. Hombres ligados a nosotros en una vivienda común, pero no en un esfuerzo común. Sólo aprendemos a compartir un miedo común, sólo un deseo común de alejarse del otro. Sólo un impulso común de superar el desacuerdo con la fuerza.



Nuestra vida en este planeta es demasiado corta. El trabajo por hacer es demasiado grande para dejar que ese espíritu prospere por más tiempo en esta tierra nuestra. Desde luego no podemos prohibirlo con un plan, ni con una resolución, pero quizá podamos recordar, aunque sea por un momento, que aquellos que viven con nosotros son nuestros hermanos, que comparten con nosotros el mismo corto momento de vida. Que sólo buscan, como nosotros, la oportunidad de vivir la vida con bienestar y felicidad, disfrutando lo que la satisfacción y el logro les proporcionan.


Seguramente este vínculo de destino común, seguramente este vínculo de objetivos comunes puede empezar a enseñarnos algo. Seguramente podremos aprender por lo menos, a mirar alrededor a aquellos de nosotros, que son nuestros semejantes. Y seguramente podremos empezar a trabajar con algo más de entusiasmo y curarnos mutuamente las heridas, y convertirnos otra vez, en hermanos y compatriotas de corazón.»