lunes, 29 de junio de 2009

SerieAislada

Tal como advertí, vengo a cargar contra las series xD.

No, hombre, solo vengo a disertar un poco y a exponer mi opinión.

Al igual que me pasa con las redes sociales, también me siento una náufraga en el tema de las series de televisión. Me estoy refiriendo a estas series que tanto gustan a la muchachada ultimamente: "Perdidos", "House", "Anatomía de Grey", "Gossip Girl" y, por qué no, aunque no sea nueva, "Friends". Por sólo nombrar algunas.

Creo que no exagero nada al decir que si comentas que no te gusta "Perdidos", por ejemplo, te miran como si fueras tontito, o en todo caso como si fueras pariente consanguíneo de ET, y estuvieras en la Tierra de paso.

Pues no, no me gusta Perdidos: probé a ver un episodio y me parece lo mas absurdo y sin sentido que he visto en mi vida. Vale que es una serie de televisión y toda la pesca, eso lo entiendo.
Lo que no me cabe en la cabeza es que haya argumento para rodar 6 temporadas sobre unos tíos que se han quedado en una isla desierta. Para una película, que dura dos horas máximo (véase Náufrago, por ejemplo) pase...pero 6 temporadas....vamos no me jodas. Todos sabemos que, en el mundo real, si naufragaramos en una isla desierta no duraríamos ni una semana (y eso si consigues sobrevivir al accidente, que es bastante improbable xD). Esto sin contar la infinidad de flashbacks que lo único que hacen es hacerte la picha un lío.

Pero vamos, que alomejor no me gustó porque no le puse mucho interés. No diré que no enganche, si te quieres enganchar, claro.

Y hablando de las otras series de moda, pues tampoco entiendo el por qué de su éxito: las de médicos son repetitivas, todas iguales y cargantes. Ves una y ves todas.


No quería dejar pasar la oportunidad de cargar contra una serie que marcó época hace unos años: Sexo en Nueva York. Realmente, como mujer, me parece vergonzoso que una serie así haya tenido tanto éxito: una serie en la cual las únicas metas de las protagonistas son pillar al pez gordo con más dinero del estanque, llevar zapatos Manolo Blahnik y reunirse con las amigas en una supermegacafetería pija para hablar de cuántos tíos se han tirado la noche anterior.
Por ahí no paso, no señor.

Soy conocedora de que algunas lectoras de este mi blog son también seguidoras de alguna de estas series; deslumbradme con vuestras palabras para conocer vuestra opinión, y así queda un debate abierto. Ya sabéis que me encanta contrastar opiniones y debatir ;)




PS= Odio la música pop, y odio la música de los 80, pero Thriller es Thriller!

miércoles, 24 de junio de 2009

París, día 6 (vol.2)

En el capítulo anterior, me quedé anonadada en la tumba de Jim Morrison.
En fin, después de aquello dejamos Pere-Lachaise (dos de mis compañeros tuvieron que tirar de mí, literalmente, pues yo no me quería mover de allí. Sólo me faltó estirar el brazo y gritar...NOOOOO! JIM!!!!).




14 - Septiembre - 2007 (por la tarde)

Empezamos entonces la segunda ruta que nos había llevado a París: la ruta Amelie. Afortunadamente, a mí ya me había crecido el pelo y ya no lo llevaba como ella, y digo afortunadamente porque el cachondeo no habría sido poco.
Mapa en mano, buscamos todos los lugares que aparecen en la película.




Como el canal Saint-Martin, donde Amelie hacía rebotar las piedras...


O la Estación del Norte, donde Amelie coge el tren para ir a ver a su padre, donde está el fotomatón, y donde se encuentra con Nino por segunda vez...


Después nos adentramos en el barrio de Montmartre...el barrio más bonito que he visto en mi vida. De verdad, todo lo que pueda decir de él se queda corto. Tan acogedor, tan bohemio, con unas calles llenas de encanto. Si algún día mis pasos volvieran a llevarme a Montmartre, dad por seguro que no me importaría instalarme allí, aunque no hable ni media de francés (ya me las apañaría!).

Una vez en Montmartre, proseguimos con la ruta Amelie. Lo primero que se alza ante nuestros ojos, construido en una altísima colina, es la basílica del Sacre Coeur (esa que se veía en tantas y tantas fotos desde los lugares más altos de París). Tan enorme y sobre todo tan blanca (no es nada habitual)...impresiona mucho.






En la pequeña plaza de abajo, la del tiovivo, Amelie (las cabinas no estaban, las añadieron sólo para la peli) le indicaba a Nino que siguiera las flechas azules. Dichas flechas le llevaban a lo alto de la colina. Y una de esas flechas que pintaron para el rodaje, aún se conserva, como una atracción turística más de París (la de gente que la hacía fotos!):



Al igual que Nino, nosotros también seguimos las flechas azules para llegar a la majestuosa basílica. En cuesta, está todo lleno de césped, donde los transeúntes se sientan a descansar y a admirar el paisaje.




Como en el Vaticano, si vosotras chicas queréis entrar en el Sacre Coeur, no podéis llevar ni minifalda, ni pantalones cortos, ni camisetas sin mangas o de tirantes. Porque si lleváis algo de eso, tened por seguro que os quedáis fuera, como le pasó a alguna que otra guiri cuando entramos nosotros. Por suerte, las dos chicas del grupo íbamos aquel día de manga larga (yo incluso llevaba un jersey de punto, ya sabéis que como soy un cadáver siempre tengo frío), así que no tuvimos ningún problema para entrar.



Una vez dentro, mi hermano, cámara en mano, se dispuso a recorrer la basílica para fotografiarla desde distintos ángulos. Pero en cuanto hizo la primera foto, una voz que decía "monsieur, monsieur, no photos" le obligó a guardar la cámara.Pero bueno, al menos pudo hacer una...bueno una...luego con el móvil destrangis sacamos todas las que nos dio la gana xD.








Tras la visita al Sacre Coeur, nos adentramos en el corazón de Montmartre. Desde una de las calles, se veía así de bonito un lateral de la basílica, a la luz del sol, que ya estaba comenzando su bajada para ocultarse:







Como ya he dicho antes, las calles de Montmartre son lo más bonito que he visto en mi vida. Estrechitas, con pequeñas cuestas, llenas de vegetación, casas pequeñitas y encantadoras...y lo mismo pasa con las tiendas y los bares:





Y la Plaza de los Pintores...tan bohemia! llena de puestos donde vendían cuadros preciosos, o donde te hacían un retrato...si parecía que en cualquier momento iba a aparecer por allí Toulouse Lautrec!.



Despues pasamos por lugares mencionados de pasada en Amelie: la calle Saint Vincent, el Moulin de la Galette, la estación de metro de Abbesses...hasta llegar a los dos sitios más conocidos y más famosos en la peli: la "Maison Collignon", es decir, la frutería donde trabajan el odioso señor Collignon y el adorable Lucien, justo debajo de la casa de Amelie (su portal es el que está junto al coche rojo):





Desde luego, han sabido aprovechar muy bien el filón de la película: dentro de la tienda no sólo te encuentras fruta y demás comestibles, también hay postales, posters de la peli...y las paredes están decoradas con fotos del rodaje, y también con las famosas polaroids del gnomo viajero.


Seguimos caminando por las embriagadoras calles de Montmartre hasta llegar a Les Deux Moulins, la cafetería donde trabaja Amelie:


Entras y...está todo igual (menos el estanco, que lo construyeron para la peli), es genial!. Al igual que en la Maison Collignon, un enorme poster de Amelie te recuerda que allí se rodó gran parte de la peli. Nos hubiera encantado sentarnos a tomar algo, pero estaba que no cabía un alfiler :(



Y con Les Deux Moulins terminamos la ruta Amelie. Por esa misma calle seguimos bajando para llegar a otro de los más famosos lugares de Montmartre...el Moulin Rouge:


Ay, el Moulin Rouge, el molinito que da nombre a una de mis películas favoritas!
Me quedé con las ganas de entrar, para ver si está el famoso elefante xD. Y también esperaba que Christian andara por allí y viniera a cantarme Your Song (soñadora que es una :D). Entre la tumba de Jim, y Ewan McGregor (suspiro) cantándome, me hubiera dado el chungo y me tienen que sacar de París con los pies por delante. Pero no, Christian no estaba, estaría ocupado escribiendo "Spectacular Spectacular" en su pisito bohemio, y tampoco era plan de importunarle. A ver si a la próxima... (suspiro).



Al día siguiente, el último, todos se fueron a las catacumbas, pero yo me quedé en el apartamento. Ya conocéis mi aversión a los lugares cerrados (cuanto más si están bajo tierra).


Así que con esto y un bizcocho, he terminado de contar a grandes rasgos mi experiencia en París. Os dejo con unas fotos de la noche parisina tomadas desde lo alto de la Torre Montparnasse (yo me quedé abajo...ascensores, ejem! xD)






Una última vez, quiero dar las gracias a mis queridas lectoras. ¡Qué sería de este mi blog sin vosotras (y sin vuestra paciencia). MERCI!

PS= Ahora sólo os quería pedir un pequeño favor, que crucéis los dedos por mí y por Esther, para que todo salga bien y podamos irnos a Roma en septiembre. Y así a la vuelta poder daros la brasa con una nueva crónica de nuestras aventuras en la ciudad eterna :D

PS2= Si no habéis visto Amelie, ya tardáis xD.



lunes, 22 de junio de 2009

París, día 6 (vol.1)

Pues al final he tenido que dividir el (pen)último día. No por el tocho que tengo que escribir (ya sabéis que estoy procurando enrollarme lo menos posible para que no os aburráis) sino porque me han salido muchas fotos, y tampoco me gustan las entradas kilométricas.
Al fin llegamos al viernes, el mejor día, en el que vimos las cosas más bonitas (y eso que el listón está muy alto). En esta primera parte voy a hablar de la visita a la catedral de Notre-Dame y al cementerio de Pere Lachaise.




14 - Septiembre - 2007


Tempranito, como siempre, salimos del aparta-hotel camino de la catedral de Notre-Dame. El paseo a orillas del Sena, con una leve brisa mañanera, fue de lo más placentero. Antes de llegar nos paramos en una tienda de souvenirs, pues a mí se me habían antojado unos imanes para la nevera: uno de la Mona Lisa y otro de una gárgola.



A pesar de lo temprano que era cuando llegamos, la plaza ya estaba llena de turistas. Nuestro plan era subir primero a lo alto de las torres, y al bajar, ver la catedral por dentro. A pesar de que la mayor concentración de guiris estaba en la puerta principal, había también una cola considerable en la parte izquierda (donde está la entrada para subir a las torres).

Tras aguantar una hora de cola más o menos, y previo pago de 3 euros si mal no recuerdo, emprendimos, con mucha calma, el viaje de subida hasta lo más alto de la catedral. Hay una torre de subida y otra de bajada, pero no me acuerdo de cual es cual.

Hasta aquel momento mi récord de agotamiento estaba en la iglesia de los Jesuitas de Toledo (ya os comenté que las escaleras eran muy estrechas, y como llevaba a un tipo detrás, no pude pararme a descansar ni un segundo y llegué arriba medio muerta), pero ese récord se vio superado en Notre-Dame: 70 metros de estrechas escaleras de caracol. Esto significa que no sólo llegas arriba con la lengua fuera, si no que encima llegas mareado.

Afortunadamente no llevábamos a nadie detrás, así que esta vez sí que nos pudimos parar a descansar. Incluso hay una amplia sala donde está situada una tienda de recuerdos de la catedral, por si se quieren hacer unas compras antes de alcanzar la cima.

A pesar de los abundantes descansos, llegamos a lo alto totalmente exhaustos. De verdad, nunca en mi vida me había ahogado tanto. Y encima con la sensación de que te falta el aire y parece que nunca va a llegar...es horrible.

Pero en fin, una vez arriba teníamos todo el tiempo (y el aire) del mundo para recuperar el aliento, pasar de una torre a otra por una estrecha pasarela, y, cómo no, hacer fotos.


Estas eran las vistas (de izquierda a derecha): Saint Sulpice (one more time) los Inválidos, y la Torre Eiffel:






Dentro de la historia del arte, la arquitectura es el campo que más me gusta y claro, como era de esperar (y al igual que hice con la Mona Lisa) me dediqué a fotografiar todos y cada uno de los detalles de la catedral. Como por ejemplo esas siniestras (pero hermosas) estatuas verdosas, y los arbotantes (para los profanos: las "patas" sobre las que cae todo el peso de la catedral) que podéis ver en la foto:




Dentro de una de las torres estaba la famosa (y grande) campana que hacía sonar Quasimodo en El Jorobado de Notre-Dame (qué pelicula tan bonita, por cierto!). Cuando la ves, es imposible pensar: madre mía el día que se caiga eso al suelo...por cierto, antes de que preguntéis: No, no estaba Quasimodo. Y no será porque no le buscamos. Será que no le gustan las visitas y estaría escondido, pero seguro que andaba por allí ;)






Y no puedo dejar pasar la oportunidad de hablar de lo más significativo de la catedral...las gárgolas. Hay cientos de ellas, y no hay ninguna igual.


Estan las más conocidas...(si os fijáis, aquí en la primera se ve el Sacre Coeur, entre la cabeza y las alas)








...y las no tan conocidas, pero no por ello menos curiosas e interesantes:











Puede que la subida sea dura, pero la bajada tampoco se queda atrás. No cansa, no, pero la escalera de caracol sigue ahí, y marea aún más que al subir. Además había gente que se pasaba por el forro eso de "torre de subida y torre de bajada", y cuando nos cruzabamos con ellos teníamos que pegarnos a la pared para que pasaran a duras penas. Repito: no es cansino, pero sí muy incómodo.

El interior de la catedral...pues qué voy a decir...precioso: con sus ábsides, sus arcos, sus bóvedas...sus hermosísisisismas vidrieras y los famosos rosetones (el de la foto tiene 13 metros de diámetro, ahí donde le véis):







Ya por la noche cogimos una barcaza de esas que te dan un paseo por el Sena, y pude fotografiar la catedral de lado e iluminada:





Volviendo al día, abandonamos la catedral buscando nuestro siguiente destino. Por el camino cometimos un gran error, del que jamás acabaré de arrepentirme: pasar por el museo de Orsay y no haber entrado. A mis compañeros, que no son tan aficionados al arte como yo, no les interesaba :(


Y por fin...el momento más esperado por mí de todo el viaje...llegamos al cementerio de Pere-Lachaise: el cementerio más grande de París, de 44 hectáreas, sobre las que se asientan 70.000 tumbas. No es para nada la imagen de cementerio que todos tenemos en la cabeza: lúgubre, triste, siniestro y oscuro. Es más bien un parque, con más de 50.000 árboles que dan una sombra fresquita. Muchos parisinos van allí a encontrar la paz y la tranquilidad que no encuentran en ningún otro sitio de la ciudad. Incluso hay fuentes y bancos:




En algunas de esas 70.000 tumbas descansa gente tan importante como Alfred Chopin, Edith Piaf, Sara Bernthardt, Oscar Wilde, Honoré de Balzac...y Jim Morrison.
MI Jim Morrison está enterrado allí. A pesar de que yo sabía el lugar exacto en el que estaba su tumba, nos llevó un buen rato encontrarla, ya que no es lo mismo ver un plano que estar allí, y eso es un auténtico laberinto. Además es bastante sencilla y si no fuera por las vallas que la rodean, no llama la atención. Pero al fin dimos con ella.




Me detuve en seco, las piernas me temblaban, el ramo de flores que llevaba para él (y que por cierto me costó 25 eurazos) casi se me cae el suelo. Cuando conseguí sacar a mis piernas de la entropía me acerqué lentamente hasta apoyarme en la valla. Parecía que el corazón se me iba a salir por la boca. Por culpa de las dichosas vallas, tuve que hacer "lanzamiento de ramo", pero atiné y ahí se quedó.

No me pude aguantar y empecé a llorar en silencio. Mis compañeros me dejaron sola y se fueron a ver tumbas (había algunas realmente preciosas). Y allí me quedé un buen rato, sola, llorando cual viuda plañidera, solo que en lugar de rezar, yo cantaba en bajito canciones de los Doors. Fueron mis oraciones particulares para Jim.



Hay quien dice por ahí que (como tantas otras leyendas del rock) Jim está vivo, y la tumba está vacía. Yo no me lo creo. Si Jim no estuviera allí yo no habría sentido lo que sentí cuando estuve en su tumba. Como un hormigueo en el estómago...saber que sólo unos metros de tierra te separan de él...es una sensación indescriptible.
Si no me quería ir del Louvre, imagináos de aquí. Pero, c'est la vie, más aventuras y lugares nos esperaban. Eso sí, jamás se me olvidará esa media hora de mi vida en la que estuve a escasos metros del Rey Lagarto.


En la próxima y última entrega narraré la "Ruta Amelie" y nuestro paseo por el hermoso barrio de Montmartre.

Gracias! :D




domingo, 21 de junio de 2009

París (día 5)

Con este llegamos a uno de los dos días más esperados por una servidora en su viaje a París: la visita al museo del Louvre, y última parada en la Ruta Código Da Vinci.
Al ver asomar la pirámide según nos íbamos acercando yo no cabía en mí de gozo. Nos acercamos, hicimos las fotos pertitentes, intenté idear un plan para llegar a la pirámide invertida, pero fracasé, ya que está en medio de una rotonda (rodeada de césped, justo en frente de la otra). Además, no creo que me hubieran permitido subirme encima, que yo no soy Tom Hanks xD.





Después nos pusimos en la cola (traíamos las entradas desde Madrid, que me empeñé yo xD), por suerte no demasiado abundante, para entrar. Por si alguien no lo sabía, se entra por la pirámide; se baja por unas escaleras mecánicas (hacía un fresquete allí abajo...) hasta la planta baja del museo (aún están los cimientos antiguos). Y ahí, en la planta baja, es donde pude admirar en todo su esplendor (ahora sí) la Pirámide Invertida



Sin ápice de exageración, había más cola para hacerse una foto junto a la pirámide invertida que a la entrada del museo, porque claro, a nadie, y empezando por mí misma, le gusta que salgan desconocidos en una foto de tal importancia.

Y esto ya depende de hasta dónde quiere llegar a creer cada uno, pero los que hayáis visto/leído El Código Da Vinci, sabréis lo que supuestamente hay justo ahí debajo xD. Había algún turista que incluso daba pisotones en el suelo y decía: "está aquí! está aquí!". Yo no eh? hasta tanto no llego, sé distinguir entre realidad y ficción xD. Aunque quién sabe...




Una vez dentro, es practicamente imposible llevar un orden de visita, pues es ENORME y está todo muy desperdigado. Pero bueno, vimos básicamente todo. Entre las obras más importantes se encuentran...



La Victoria de Samotracia:





La Venus de Milo (qué decepción cuando la rodeé y comprobé que se le ve la raja del culo!! se me cayó un mito xD):


El Escriba Sentado (no sé por qué es tan famoso, con lo enano y feo que es ¬¬):






Eros y Psique. Puede que esta no se tan famosa como las anteriores, pero a mí siempre me ha gustado. ¿No os parece preciosa?






La Gran Galería:


La foto engaña, pero os aseguro que es larguíiiiiiiisima. Mis compañeros no quisieron recorrerla toda, así que me esperaron sentados en un banco mientras yo sí me la recorrí. No me quería quedar con el regomello de haber estado en el Louvre y no haberme recorrido la Gran Galería de arriba a abajo. E insisto, es un buen paseo xD.

En la Gran Galería nos encontramos algunos de los cuadros más famosos del museo, como La Coronación de Napoleón (si os preguntáis cómo es de grande, sólo tenéis que mirar a la gente que hay debajo):







...o La Virgen de las Rocas





Y por fin...en una de las salas que dan a la Gran Galería estaba...ELLA...el cuadro más famoso del mundo, y mi favorito...la Mona Lisa.


Esta foto está torcida porque la hice con el brazo en alto, para que se viera la expectación que despierta (y ya no se ve en la foto, pero más y más gente detrás de mí):




Entre lo pequeño que es el cuadro (77 x 53 cm), entre el tochísimo cristal que lo protege y entre que hay una valla y no te dejan acercarte mucho (como se puede apreciar en la siguiente foto), a mucha gente la decepciona al verla en persona.


Pero a mí no me decepcionó, pues al haberla estudiado cientos y cientos de veces (tanto en clase como por mi cuenta) sabía perfectamente cómo era, y cómo la tenían de protegida. Y lo bonita que es, por muy pequeña que sea.

Os parecerá una tontería, pero me emocioné al verla. No sé...una no tiene la oportunidad de ver su cuadro favorito todos los días (y más si se trata de la Mona Lisa). Hasta llamé a mi madre por teléfono y todo, sólo para decir: "mamá, tengo delante de mí a la Mona Lisa". No es coña, mi madre puede testificar xD.

Tras un buen rato en esa sala, me armé de paciencia, me colé entre la multitud (50% de japoneses cada uno con una cámara de vídeo/fotos, y el 50% restante turistas de distintas nacionalidades) y a base de "Excusez moi", "Scusi", "Disculpe" y "Excuse me" conseguí ponerme en primera fila para poder contemplarla sin cabezones delante que me aguaran la fiesta. Mi trabajo me costó (fue más o menos como la prueba esa del Grand Prix, que se tienen que meter en un bosque de gomas) pero mereció la pena.



Si no hice más de 50 fotos sólo a la Mona Lisa, no le hice ninguna: con flash, sin flash, con zoom, sin zoom, a todos y cada uno de los detalles; el marco, el fondo de la derecha, el fondo de la izquierda, las manos, la sonrisa (of course), los ojos (sin cejas), el vestido...para poder examinarla a fondo (y con lupa) cuando llegara a casa.

Me dio rabia abandonar mi privilegiado puesto en primera fila, con lo que me había costado abrirme paso, pero a mi espalda, mis compañeros, de los que me separaban unas 60 personas, empezaban a meterme prisa.

Después seguimos viendo más y más cuadros, y yo sacando más y más fotos (hasta a el parquet de la Gran Galería, que tiene cierto protagonismo en El Código xD). Y después llegó la hora de marcharse...yo no quería, me quería quedar en el Louvre lo que quedaba de día, y os aseguro que si en ese momento hubiera tenido unas cadenas...me encadeno a la pirámide. Peeeeero, lástima, y mira que llevo de todo en el bolso, eh?.

El balance del Louvre...me dejó fascinada...sin riesgo a equivocarme digo que es el museo más bonito y más importante del mundo. Vamos, que se mea en el Prado! Y el Prado es muuuucho Prado. En definitiva, el Louvre es...supercalifragilisticoespialidoso. Es la única palabra capaz de explicar lo que es.






Tras salir del museo, repito, muy a mi pesar, emprendimos el viaje camino a los Campos Elíseos (la calle más pija de París, me quedé con las ganas de entrar a una tienda de Chanel, aunque fuera sólo a mirar xD). Pasando antes por lugares como la Plaza de la Concorde...






...o la Madeleine






Hasta llegar a nuestro objetivo final por hoy...el Arco del Triunfo






Puede que el próximo (y último) día le tenga que dividir en dos entradas, pues fue el más prolífico, y el mejor. Ya veré el tocho que me sale. Tocan la catedral de Notre Dame, el cementerio de Pere Lachaise y el barrio de Monmartre.

Como siempre...GRACIAS!



viernes, 19 de junio de 2009

París (días 3 y 4)

11 - Septiembre - 2007

Aquí, aunque quisiera, no puedo enrollarme, porque fue un día que malgastamos totalmente. Por la insistencia de algunos (mejor, de alguno ¬¬) de mis compañeros de viaje de ir a Disney Studios, un parquecito pequeño justo al lado de Disneyland, que en mi opinión es una mierda seca. Menos mal que luego a la tarde se arregló la cosa y volvimos (por segundo día) al Disney "bueno". A repetir en las atracciones, hacer más foticos y comprar cosillas: yo, además de la gorra de Goofy que ya mencioné, me compré un peluche de Peter Pan, un sombrero pirata y el medallón de la primera parte de Piratas del Caribe.

Mirad qué bonica se pone la Main Street cuando se encienden las luces (encima por aquel entonces que había carteles luminosos por el 15 aniversario):









12 - Septiembre - 2007

Por la mañana tempranito cogimos un tren hasta Versalles. Cuando íbamos por el pueblo camino del palacio una agente de viajes nos paró Y NOS HABLÓ EN ESPAÑOL! qué gusto! xD. Nos hizo una oferta para el palacio, que incluía con la entrada unos cascos de esos para guiris.

Una vez ya en el palacio...por fuera es muuuuuy bonito, así amarillico. Pero por dentro, al igual que ocurre con el Palacio Real de Madrid, pasa lo que pasa: es gigantesco, hay miles de habitaciones y sólo te dejan ver 4. Así que decepciona un poco. Eso sí, la Sala de los Espejos que no falte.




Pero lo que realmente merece la pena del palacio de Versalles son (frase 0.60) sus jardines. No hay palabras para describirlos; magníficos, simplemente magníficos. Las fotos no le hacen justicia, pero eran gigantescos, se pierden en el horizonte. Y las fuentes...ay qué fuentes!





Esta me encantó:





Al salir del palacio nos sentamos en el cesped junto a ese pedazo de estanque y nos sacamos el camping, una costumbre muy española xD: bocatas de jamón serrano y unos muffins de chocolate que habíamos comprado en la estación. Después mientras las 3 marmotas dormían la mona tumbados en la hierba, David y yo nos introducimos en los laberínticos jardines para ir a ver el palacete de María Antonieta: había que pagar, así que lo rodeamos de cabo a rabo para ver si podíamos colarnos (fue imposible, había un foso) y vimos todo lo que nos permitió el muro de hiedra xD.

Cuando los bellos durmientes despertaron de su letargo cogimos el tren de vuelta a París, para ir a la Torre Eiffel one more time, esta vez con la intención de subir.

Resulta que coincidió que aquel día había fútbol; se enfrentaban las selecciones francesa y escocesa y...mirad cómo estaban los pies de la torre:




JAMÁS en mi vida había visto tal concentración de borrachos (ya sabemos a los escoceses les gusta tirarle a los palomos). Si no había 1000 escoceses allí, no había ninguno. Por eso apenas tuvimos que esperar para subir a la torre; los turistas se pensaban que los escoceses estaban haciendo cola para la torre, y se iban!.

Tras vencer la reticencia a subir a los ascensores (no me gustan nada), emprendimos el viaje de subida. Los escoceses empezaron a irse hacia el estadio, y mirad cómo dejaron todo, los muy cochinos (lo pongo también para que veáis el tamaño de la pata de la torre xD):



Cuando llegas al primer piso te tienes que cambiar de ascensor, o si no quieres subir más, pues ahí te quedas. Nosotros aprovechamos la coyuntura para hacer fotos antes de seguir subiendo. Me mareé al hacer esta foto, de mirar taaaan arriba. No sé ni como no me salió movida xD:




Y al final llegamos al tercer piso. Queridos lectores de este mi blog que vayáis a viajar a París en algún momento de vuestra vida: si tenéis vértigo...NO subáis a la Torre Eiffel.

Aunque, of course, a más de 300 metros de altura, las vistas son inmejorables. Esa cosa blanca que está en lo alto de una colina a la izquierda es el Sacre Coeur. Ya veréis en próximas entradas...




Y aquí, de izquierda a derecha: Notre-Dame, Saint Sulpice y los Inválidos. Y parece que están cerca y todo :S





Por cierto...ahora sí: bajé por las escaleras xD.

En la próxima entrada sólo hablaré de un día, pues mucho me temo que el Louvre me va a llevar mucho espacio xD (bueno, también hablaré algo de los Campos Elíseos). Como siempre, gracias a los que habéis llegado hasta aquí!