Benidorm, Chapter 2

Sigo manteniendo mi postura de obviar las cosas malas que han ocurrido en este viaje, así que al lío...

Una mañana cogimos a Archie y nos fuimos a Calpe. No está excesivamente lejos de Benidorm, pero el viaje se me hizo muy largo debido a la carretera (estaba justo al borde de un altísimo precipicio que iba directo al mar) y a que tuvimos que atravesar Altea (no entiendo como un pueblucho como ese puede dar nombre a un coche).

Me habría llevado una mejor impresión de Calpe de no ser por el viento: un viento horroroso como no había conocido en mi vida que, encima no paraba ni se suavizaba, nada. Viento, viento viento. Y a mi pelo, que ya estaba bastante jodido por culpa del agua de Benidorm, no le hizo demasiada gracia. No veáis que suplicio luego para desenredarme.

Tampoco me gustó especialmente el hecho de que no pudieras recorrer el paseo del puerto tranquilamente, pues uno detrás de otro te abordaban los camareros de los restaurantes, suplicándote que te acercaras para mirar el menú. Con los últimos yo ya no disimulaba mi malestar, y simplemente me limitaba a mirarles mal y a irme a mirar puestos de chorraditas.

Y cuando nos sentamos a comer en uno de esos restaurantes y pensabamos que ibamos a estar tranquilos...nada. Cada dos por tres se nos acercaba algún negrito vendiendo gafas, mantones de manila...no sé a vosotros, pero a mí me parece una total falta de educación que te molesten y te corten el rollo de esa manera cuando estás comiendo.

Al menos el sitio era bonito, justo en la orilla del mar, a los pies del famoso peñón. De ese día no tengo las fotos porque nos olvidamos de la cámara. Están en la otra...

Luego bajamos a una cala, y ellos tenían la intención de bañarse, pero al ver un montón de medusas pequeñitas en la arena (y una gigantesca y atigrada que estaba trayendo la corriente, qué puto asco) se les quitaron las ganas. Yo me empecé a sentir mal por culpa del sol, así que volvimos a Benidorm.

Por las noches volvíamos a salir al minigolf (qué vicio!) y al paseo marítimo, a disfrutar del mar de noche, y también con la música en directo de los bares (menos cuando tocaron una de Sabina, que le odio xD).

Al día siguiente cogimos un barco hacia la Isla de Benidorm. De verdad, no entiendo cómo hay gente que se puede marear en los barcos. Ese pequeño bamboleo del barco al ser mecido por las olas es lo más tranquilizante y embriagador que he visto. Y notar la brisa fresquita en la cara es toa la gloria. Eso sí, no todo iba a ser de color de rosa; más o menos a mitad del viaje (duraba unos 20 minutos) me tuve que bajar de la terraza y meterme en la parte cubierta del barco, pues el sol empezaba a hacerme daño.

Una vez en la isla, nos subimos a una especie de barco-submarino que tenía el casco transparente, para ver el fondo marino. No sé en qué estaba pensando cuando subí, ya que, sin llegar a ser claustrofóbica, tengo auténtico pánico a los espacios cerrados (he llegado a subir 12 pisos por las escaleras con tal de evitar el ascensor). Y el barquito de las narices no era precisamente amplio: era oscuro, muy alargado, bajito (mi hermano tenía que ir encorvado) y sobre todo, muy estrecho (sólo cabían dos personas de ancho). Además sólo había peces pequeños, ni un mísero tiburón xD.

Lo pasé realmente mal. Hubo un momento en que estuve a punto de levantarme y salir, pero aunque lo hubiera hecho no habría podido, ya que era tan estrecho y estaba tan lleno de gente (tiene una capacidad de 24 personas, es decir, dos columnas de 12 personas cada uno) que no me podía ni levantar de mi asiento (tenía la espalda del de delante a escaso medio metro de mi cara). Peces, peces, y más peces, lo único que quería es que terminara de dar la vuelta a la isla, parara, y así poder salir de allí. Y cuando salí, lo hice más pálida de lo que ya soy de por sí. Morada o azulada, practicamente xD.

Luego nos dedicamos a escalar un poquito la isla. Daba bastante cosica, pues había pequeñas sendas estrechas, y cada extremo estaba lleno de gaviotas. Qué asco de bichos, nunca me han caído bien. La isla estaba plagada de ellas, piando todo el rato y haciendo ruidos desagradables.

Había un cartel que decía "cuidado, las gaviotas protegen a sus crías". Mi padre siempre dice que Hitchcock era un flipao por rodar la peli de "Los Pájaros". Eso es porque no ha estado en esa isla. Ni siquiera molestabamos a las crías, pero en cuanto pasábamos por algún lugar de donde había pollitos, las adultas venían a atacarnos. Yo anduve lista y en la embestida me tapé la cabeza y me agaché, pero una de las dos veces, a Dave le dieron en la cabeza. Así que abrimos la sombrilla y nos metimos debajo de ella. Qué hijas de puta!

La cima de la isla estaba muy alta, y nosotros estábamos cansados, así que nos paramos a mitad de camino para observar el paisaje y ya no subimos más. Yo me asomé al extremo más saliente de la isla y me dedicaba a gritar "WILSOOOOOOOOOOOOOOOON" (véase "Náufrago") y a hacer ruidos raros para oir mi propio eco. Y los guiris que había por allí desperdigados se descojonaban conmigo (¿o de mí? me da igual) xD.

Al mediodía abandonamos la isla y volvimos a Benidorm. Comimos en el restaurante de siempre a pie de playa y luego nos asentamos. Y mientras ellos se bañaban y jugaban a las palas, a mí no se me ocurrió otra cosa que ponerme a edificar la Basílica de San Pedro, con su plaza y todo (no me vine abajo cuando mi construcción de la pirámide del Louvre fracasó el primer día que bajé a la playa xD)

Ya sé que no se parece en nada, pero es que la hice totalmente de memoria, qué fallo más gordo olvidarme del cimborrio!! (para los profanos, es la minicupulita que hay encima de la cúpula grande). Además me tiré toda la tarde construyéndola, así que no seáis crueles conmigo xD

Esa misma noche fuimos a "ver" a María Jesús y su acordeón xD, que actuaba en uno de los bares del paseo. Se la oía desde fuera, así que nos quedamos sentados en un banco. Dentro del bar, un montón de jubilados totalmente entregados a la artista. Había una que era clavadiiiiiita a Marisa de Aquí no Hay Quien Viva. Tenía hasta el cigarro, y por su forma de actuar, seguramente también el chinchón. Se hizo de rogar, pero finalmente cantó "Los Pajaritos", y aquello fue ya la juerga padre. Un montón de gente agolpada en los cristales del bar junto a nosotros, bailando la canción xD.

Esta entrada se me ha alargado demasiado, así que voy a dejar Terra Mítica para la última. Os pido disculpas por adelantado, ya que no podré evitar ponerme un poco pedante al haceros el resumen. Tenéis que entenderme, estaba en mi territorio, jeje.

P.S: no sé si lo habréis notado a lo largo de todas mis andanzas en este blog, pero me encantan los Beach Boys xD