Elige la vida, elige un empleo, elige una carrera, elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas, elige lavadoras,coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos.
Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo, elige un piso piloto. Elige a tus amigos.
Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige el bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura.
Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro, elige la vida.
Pero ¿por qué iba yo a querer hacer algo así?. Yo elegí no elegir la vida. Yo elegí otra cosa. ¿Y las razones?...no hay razones...¿quién necesita razones cuando tienes heroína?
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Otro de esos inicios míticos. Con esta avanzadilla, ya sabemos lo que nos espera. Trainspotting, joya imprescindible de los 90. El libro ya me gustó cuando lo leí antaño, pero la peli (curioso caso, siempre suele ser al revés) le da mil vueltas.
Hay muchas más escenas memorables en la peli aparte de esta del principio. Escenas rodadas de tal manera que alcanzan una belleza practicamente poética. Ardua tarea, tratándose de una película sobre el mundo de las drogas.
Ni Slumdog Millionaire ni leches en vinagre; Trainspotting es la gran obra de Danny Boyle, y nunca va a volver hacer nada igual ni mejor.

3 comentarios:
Tú y tus pelis... XD
Que sepas que esta es una de las que te voy a poner cuando te secuestre para inciar la cura de buen cine :D
Mierda!! XD
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