viernes, 30 de octubre de 2009

Esto es Halloween





Aprovecho para decir que esta noche ponen Pesadilla Antes de Navidad, a la 1:20, en Cuatro. Tenéis la obligación moral de verla. Es una maravilla :D


En la ciudad que es mi hogar, el día de difuntos voy a celebrar!

Tanto si lo celebráis como si no...

¡¡¡FELIZ HALLOWEEN!!!




viernes, 23 de octubre de 2009

(500) Días Juntos

- (7,50) euros: lo que me ha costado la entrada

- (5) minutos: los que he llegado tarde por culpa del tráfico ¬¬. Menos mal que tenían problemas con el sonido y cuando he llegao aún ni estaban los trailers.

- (5) personas: las que estabamos en la sala. Mejor, menos ruido y menos toses.



Si ayer New York I Love You me dejó cierto sabor agridulce...con (500) Días Juntos se me ha quitado por completo





Puede parecer la típica pastelada a las que nos tienen acostumbrados los americanos. Pero nada más lejos de la verdad. Y ya se encarga el narrador de hacernoslo saber nada más empezar la película: esto no es una historia de amor.



Tom (Joseph Gordon-Levitt) ha crecido pensando que jamás podría ser feliz si no conoce a la mujer de su vida. Por otro lado, Summer (Zooey Deschanel) no cree en el amor desde que sus padres se separaron cuando era una niña. No quiere relaciones, sólo disfrutar de la vida. Se conocen. Se lo pasan muy bien juntos. Tom se enamora de ella. Summer cree que Tom es un buen amigo, nada más. Y hasta aquí puedo leer.




Es realmente reconfortante encontrarte de vez en cuando con una peli "para jovenes" que no sea típica, ni cursi, ni obscena. Por otra parte, y siempre hablando dentro del campo de la comedia, también es practicamente imposible dar con alguna peli dirigida a cualquier tipo de público; (500) Días Juntos lo es: para los que creen en el amor, y para los que no. Para los que creen en el destino, y para los que no. Para aquellos a los que les hayan roto el corazón...y para los que aún no hemos tenido ocasión de que nos lo rompan. Para todos.



Si bien es cierto que no es una comedia con la que te estés contínuamente partiendo el ojete (para eso ya tengo a Adam Sandler)...tiene los golpes justos y apropiados para cada momento. Está muy bien hecha en todos los sentidos. Y la música es excepcional.



Otra cosa que me ha llamado la atención es que por momentos la puesta en escena tiene un cierto aire a Amélie, y eso es otro punto a su favor.



El único pero que le he encontrado está en el reparto: Zooey Deschanel está, una vez más (ya la ví en El Incidente y ese bodrio de telefilm...Tin Man, así que no me ha sorprendido) totalmente desastrosa. Por favor, que se dedique a tocar el ukelele y a cantar en su grupo. Haría un gran favor a la humanidad.



Pero bueno, ya está ahí un maravilloso, un supercalifragilísticoespialidoso Joseph Gordon-Levitt para arreglar el entuerto. No es un actor demasiado mediático ni conocido (y eso que lleva en esto desde que era un zagalico. Recordad la serie Cosas de Marcianos. Serie que yo veía, por cierto xD) pero es infinitamente mejor que la mayoría de niñatos que pueblan ahora portadas de revistas, carpetas de niñas atontadas y suelo hollywoodiense.

Y también, como dije en la última entrada sobre Orlando Bloom o Hayden Christensen, Joseph es otro de esos jóvenes que mejora con la edad. Si en Diez Razones Para Odiarte (película del 99) ya era mono...ahora está, hablando claro, para hacerle uno o dos favores. Esto es así, para qué andarme con rodeos.

Y no sé si es cosa mía, pero cada vez que le miro se me parece más a Heath Ledger, que en paz descanse.

Por último, otra de las cosas que me ha gustado es que he salido del cine super feliz, con un buenísimo sabor de boca y con ganas de repetir y de desear que salga en dvd!



En fin, otras veces cuando hago pequeñas críticas de otras películas, algunas veces os digo eso de "si os aburrís...", o "si no tenéis nada que hacer...". Pero con (500) Días Juntos os digo directamente: id a verla, de verdad. No os váis a arrepentir ;)



jueves, 22 de octubre de 2009

New York I love you...¿o no?

Ya iba siendo hora de actualizar, que desde que vuelvo a tener ordenador (y desde que me estoy adaptando a esta mierda de Windows) tengo esto muy abandonado.
Voy con una entrada cinéfila de estas que suelo escribir de vez en cuando.


La película que me ocupa hoy es New York I Love You. Es la versión norteamericana de Paris Je T'aime, y conserva el mismo estilo; el film está compuesto por cortos, cada uno de ellos dirigido por un director distinto. Nos queda un amplio reparto coral, en el que cada actor corre distinta suerte.


No sabría hacer una valoración global de la peli, ya que al ser cortos...hay algunos que no hay absolutamente por donde cogerlos: como el dirigido por Natalie Portman (hija, dedícate a actuar que se te da mejor), el protagonizado por Hayden Christensen (al que le sienta muy bien hacerse mayor, está más guapo que cuando hizo Star Wars) y Andy García (que se ha convertido en una señora) o el protagonizado por la propia Portman (a la que he visto mejor en otras películas, la verdad).


Estos decepcionantes cortos se van intercalando con otros más aceptables, como el protagonizado por Chris Cooper y la siempre magnífica Robin Wright Penn: una reflexión sobre el miedo a caer en la rutina en un matrimonio, y una original manera de solucionarlo. O también el protagonizado por Orlando Bloom (otro al que le sientan bien los años. Está mucho mejor que cuando me encoñé con él en mi adolescencia! :D ) y Christina Ricci.


Y finalmente llegamos a los que me han hecho suspirar de alivio, pues gracias a ellos pienso que no he malgastado 7 euros y hora y media de mi vida.


Dos han sido, me han encantado; el corto protagonizado por Eli Wallach. Una pareja de ancianitos que llevan toda la vida juntos. Se conocen perfectamente; a veces no soportan sus mutuos defectos o manías, pero aún así, después de 65 años...se siguen queriendo. Me ha parecido realmente enternecedor



Y finalmente...y NO ES PORQUE SALGA QUIEN SALE (aunque influye mucho, qué leches!)...el protagonizado por Shia LaBeouf y Julie Christie. Precioso, simplemente precioso.




Es posible que si le preguntáis a mi Ovejita (es que es una oveja muy particular, me la llevo al cine y por ahí, tan tranquilamente) no sea tan piadosa con la peli, pues ha salido echando pestes de ella. A ver si me hace el honor de dejármelo por escrito en un comentario, por si no me creéis xD.

Pero vamos, que, quitando a la Ovejita, no creo que desagrade. Es una forma distinta y orginal de hacer cine, y por todos es sabido que de vez en cuando viene bien ver cosas nuevas. Y la que digo, sólo por estos dos últimos cortos que he mencionado, merece la pena verla.



PD= Próxima crítica...500 Días Juntos ;)



viernes, 9 de octubre de 2009

Gente que se come a otra gente

Desconozco si son formas de vida extraterrestres o seres humanos. Nadie sabe cual es su verdadera apariencia. Lo que está claro es que están entre nosotros, esto es así.

Nadie está a salvo de sus ataques, aunque suelen tener preferencia por hombres y mujeres de mediana edad, tirando ya a la madurez.


No los subestiméis, estos seres, simplemente, engullen a sus víctimas. Y poseen una inteligencia asombrosa, ya que, una vez han saciado su apetito, suplantan la personalidad de la víctima de manera que consiguen engañar a todo el mundo. Miento, a casi todo el mundo. Ya podrán decir lo que quieran, pero a mí no me engañan.


Y aquí está la prueba; he investigado en el campo en el que mejor me muevo, el cine, y he descubierto a algunas de estas criaturas.


Empecemos por John Travolta.



El otrora sexy actor (aunque a mí nunca me ha gustado) no ha podido resistir el ataque de un señor (llamémosle señores, ya que, como dije antes, no sabemos qué aspecto tienen) que se dio un banquete a su salud (literalmente), y pasó a ser así:





Lo del campo de golf tintado de negro que tiene en la cabeza es otro enigma en el que, ya sea por miedo o por desconocimiento, no me atrevo a aventurarme. Se lo dejo a Iker Jiménez, que es el especialista en asuntos paranormales (¿o para-anormales? no sé, eso ya es otra historia).




Alec Baldwin, en sus años mozos, estaba hecho un figurín:




Pero en los últimos años, algo en su sangre despertó el apetito de un señor que no dudó en zampársele. Y ahora anda por ahí suplantando al pobre Alec, y ganando premios Emmy a su costa:







Como ya dije, y según mis investigaciones, estos señores suelen atacar a personas más bien cuarentonas o cincuentonas (véase los casos ya citados). Pero no es una regla muy estricta, ya que también encuentran sus víctimas entre gente mucho más joven.


Como aquí el amigo Leonardo DiCaprio. Hace 10 años, con su carita de muñequito (o muñequita, véase sino El Hombre de la Máscara de Hierro) de porcelana, encandiló a practicamente todo el sector femenino del planeta. Y no sin cierta razón, todo hay que reconocerlo. Era todo un primor:






Como habrá "señores" de todas las edades, es posible que el que ha atacado a Leo sea más bien joven o inexperto, pues el cambio no es tan radical. Pero es realmente alarmante que con sólo 35 años, ya haya sucumbido al poder de un señor glotón. ¡Ándate con cuidado, Leo!:





También (aunque en muy pocas ocasiones, y casi siempre en gente joven) se da el caso contrario: gente que ha sido engullida por un señor, pero que ha luchado contra viento y marea hasta que logran que se los vomite. Tal es el caso del canadiense Seth Rogen, que, a sus 27 años (y aunque posiblemente también había sido atacado por un señor inexperto como Leo) ha conseguido librarse de él. Bien por Seth!









Y por último están los extraños casos en los que señor y víctima se ponen de acuerdo. Como estamos hablando de actores, siempre suele ser por exigencias del guión. El señor se los come, rueda la película y luego le vomita.


Un asiduo a estos acuerdos es Russell Crowe, (vale que de por sí es fuertote) que no duda en recurrir a señores hambrientos cuando el guión así lo exige.






Aunque, no seré yo quien le defienda, no siempre tiene la excusa de que "su personaje lo exige", a veces se deja engullir por un señor porque sí:




Pero como luego siempre le acaba vomitando...no hay que preocuparse.




Casos más recientes de acuerdos señor-víctima, son los de Denzel Washington, Matt Damon o el guapérrimo Patrick Wilson, para Asalto al Tren Pelham 123, El Soplón y Watchmen, respectivamente:








Hay muuuuuchos más casos, yo sólo he puesto unos cuantos de ejemplo. Y seguro que a vosotros se os ocurren también muchos más. Ya sea en cine, en música, en televisión...os invito a que los busquéis! :D



domingo, 4 de octubre de 2009

Roma (día 4)

Y al fin llegamos al día que yo no quería que llegara: el día que volvimos a las españas :(

Bueno, ni siquiera fue un día entero, fueron horas. Teniendo en cuenta que el avión salía a las 15:10, teníamos que estar en el aeropuerto a las 13:00, más o menos.

Pero en fin, lo aprovechamos bien. Por la mañana, no madrugamos en exceso, así que pudimos descansar. Después de disfrutar el último buffet de desayuno del hotel (y de meterme pal bolso todas las tarrinas de Nutella y de crema cuatro quesos que pude xD) fuimos a ver de lo poquito que nos quedaba. Al igual que con la capilla Sixtina, jamás me habría perdonado el hecho de haber estado en Roma y no haber ido a ver el Moisés, de Miguel Ángel.

Se encuentra en la iglesia de San Pietro in Vincoli, que está relativamente cerca de nuestro hotel, así que tuvimos tiempo de sobra para verlo.

La estatua de marras pertenece al conjunto escultórico de la tumba del papa Julio II:



No hace falta ser un experto en arte para darse cuenta de que sólo la parte de abajo es obra de Miguel Ángel. Fijáos en la estatua del papa...ahí, recostado...posando casi como una modelo; es patética y ridícula a partes iguales.


Pero en fin, centrémonos en el centro de atención, que es sin duda el Moisés. Llamadme exagerada y todo lo que queráis, pero os aseguro que en persona DA MIEDO. Con esa pose de "como vaya pa allá" o "como me quite el cinto" (elegid la que más os guste)...es que parece que se va a levantar en cualquier momento!. No me extraña que Miguel Ángel, cuando la terminó, le diera un cincelazo en la rodilla y gritara..."¡habla!". Es lo único que le falta, hablar.






...Y esa mirada. En las fotos no se aprecia (vamos, ni en esta que he puesto yo, ni en la del mejor libro de arte)...sólo lo puedes comprobar en persona. ¡Qué mirada!






Los pliegues de la ropa, las barbas, las venas de las manos y los brazos (es lo que más me impresiona)...todo es perfecto. Desde luego, en mi opinión, Miguel Ángel es el mayor artista que ha dado la historia (aunque él, ante todo, se consideraba escultor...recopilemos: la Capilla Sixtina, La Cúpula de San Pedro, El David, El Moisés, La Piedad...), y nunca volverá a haber nadie como él. Ahora que he visto parte de sus maravillas en persona (se me escapó el David, pero ya caerá, ya) lo tengo más claro aún.

Y esa fue la última parada de nuestro viaje. Terminé de hacer comprillas (sólo me faltaba una estatua del Moisés para mi padre, que es su escultura favorita, y que en ninguna parte de Roma había encontrado más que en la puerta de esa iglesia).



Entre Venecia y Roma...para montar un puesto! 3 máscaras para regalar...




...2 para mí: Bauta, se llama. La máscara Veneciana por excelencia. La que, según dicen, usaba Casanova. Una "tamaño real" (en facebook la veréis, es la que tengo puesta en mi perfil) y otra pequeñita, de escayola, muy cuca:





...3 coliseos, 2 piedades (para repartir también)...2 San Pedros (grande y pequeñito, estos ya son para nosotros, jeje)...2 Boccas della Veritá (la de la foto y un imán, también para mí, ya sabéis que me encanta)




...1 rosario del Vaticano para mi abuela, 1 imán del Hombre de Vitrubio y unas 50 postales (la mayoría van para una amiga que adora las postales, pero alguna me quedaré).


"¡Esta se ha arruinado!" pensaréis. Pues no, entre que las figuritas pequeñas costaban sólo entre 1 y 2 euros...y entre que siempre recurríamos al noble y muy digno arte del regateo...todo nos salió por algo menos de 20 euros.


En el aeropuerto hice compras de última hora: 3 bolsas de pasta (riquíiiiiiiisima) y...al avión. Ya llegando a España pasamos por unas violentas turbulencias que casi acaban conmigo. Si los aviones me dan pánico de por sí, imagináos cuando hay turbulencias. Encima encendieron las luces de "pónganse el cinturón"...¡qué tranquilizador!¬¬. Pasé uno de los peores ratos de mi vida.


Se supone que debería ocurrir justo lo contrario...pero conforme voy montando más en avión, cada vez me da más pavor (porque no es miedo, es auténtico pavor lo que les tengo). ¿Alguien me podría explicar por qué me pasa esto? xD


Hagamos balance antes de terminar, pues:

- Lo mejor: Venecia, el Vaticano, el Castel Sant' Angelo, El Coliseo...



- Lo peor: el (ejem, puto, ejem) Palatino. Decepciones: La basílica de San Marcos y la plaza de España. Y que no pudimos ver el Éxtasis de Santa Teresa (cuarto indicador del sendero de la iluminación)...jamás me lo perdonaré!



Ahora lo único que quiero es volver, y cuanto antes. Si hay (mucha) suerte...espero volver a Venecia...pero en carnaval! disfrazada con uno de esos vestidos que tanto me gustan!!!^^

A Milán, sólo para ver "La Última Cena" y...por supuesto, a Florencia.



Al final esta entrada no me ha quedado tan corta como esperaba. Os pido disculpas por ello, pero bueno...es la última, jeje.

Últimas fotos en Facebook y...muchísimas gracias por acompañarme en este resumen de mi viaje!! :D



jueves, 1 de octubre de 2009

Ciudad del Vaticano (Roma, día 3)

Semanas antes del viaje (nos gusta planearlos bien) tuvimos que hacer auténticos encajes de bolillos, para que los días nos cuadraran y no nos dejáramos ninguna cosa por ver. Era bastante complicado, pues la mayoría de cosas cierran los lunes, los museos Vaticanos cierran los domigos...nos estrujamos la cabeza hasta que por fin dimos con la solución. Estaba claro, y desde el primer momento se lo dejé claro a mis acompañantes, que no me iba a ir de Roma sin ver la Capilla Sixtina. Porque si por ellos hubiera sido, no la hubieran visto, ¿os lo podéis creer?.


El lunes, penúltimo día en Roma, decidimos dedicarlo enteramente al Vaticano. Teníamos pensado estar en la puerta de los museos (siendo conocedores de las colas que se forman) a las 8.30, media hora antes de su apertura, pero al final (una consecuencia más del cansancio acumulado) se nos pegaron las sábanas y llegamos a las 10. Lo que nos encontramos allí es difícil de explicar...una cola como jamás había visto en mi vida. Aún así, yo seguía en mis trece de ver la capilla Sixtina, y habría aguantado esa cola y aún más.


La cola ocupaba 4 largas calles, y calculamos que, en el momento en que nos pusimos, habría unas 2000 personas en ella. Sí, habéis leído bien, 2000 personas. Multiplicadlo ahora por los 14 euros que vale la entrada, y sumadle los 40 de cada uno de los turístas que opta por irse con un guía para así evitar la cola. Y todo ese dinero para qué se usa? Para que Papatine pueda vestirse con esas togas papales tan lujosas ¬¬


A todo esto hay que añadirle todas las horas que está el museo abierto, así que son mucho más de 2000 personas las que entran allí cada día. Ya me pierdo con tanta cifra, la cantidad de dinero que tienen que sacar al día será incalculable.


Los guías que antes mencioné, y que se dedican a merodear por la cola para hacerse con guiris ilusos y aterrados por la espera, nos intentaban meter miedo diciéndonos que la cola era de más de 3 horas. Pero se movía muy rapido, y apenas tardamos 1. Aunque insisto, yo hubiera aguantado 3 y las que hicieran falta.



Una vez dentro (invité yo por mi cumpleaños...¡a ver cuántos pueden decir que les han invitado por un cumpleaños a los Museos Vaticanos! jeje), procuramos verlo todo, pero sólo deteniendonos en las cosas que más nos llamaban la atención para que no se nos echara demasiado el tiempo encima; en nuestro caso, como ya sabéis, el arte romano (también el paleocristiano y medieval. El egipcio nunca me ha gustado mucho, pero como era poco...). Fijáos en este largo pasillo, todo ello plagado de estatuas romanas, para desgracia de mi hermano xD:












Al final del pasillo había otra sala en la que había estatuas más grandes, y entre las que destacaba la de Octavio Augusto, que seguro habréis visto en más de una ocasión.







Y más salas con más y más estatuas, mosaicos, libros antiguos (tengo debilidad por los libros antiguos!) relieves, miniaturas...de distintas épocas. Aquí tengo que ponerme en la piel de la gente a la que no le gusten demasiado todas estas cosas (como por ejemplo a mi hermano), y he de reconocer que puede llegar a aburrir. Peeeero, David y yo somos ratas de museo, como nos llama mi hermano, así que estábamos que nos cabía una sandía por el ojete.





Llegamos a un pequeño patio de forma octogonal. En cada uno de sus 8 lados había una estatua, y una vez más, una vuelve a destacar entre las demás: el grupo escultórico de Laocoonte y sus hijos. Había visto una réplica bastante pequeña que está situada en los jardines del Palacio de Versalles. Obviamente, nada que ver con la original:







Los laberínticos museos empezaban a hacer mella en nuestras ya de por sí agotadas piernas, y llegados a cierto punto, lo único que queríamos era entrar ya en la Capilla Sixtina (más fotos de los museos en Facebook). ¡Ilusos! no sabíamos lo lejísimos que estaba aún de nosotros. Para llegar a ella tienes que atravesar por narices unos interminables pasillos. De verdad, hasta yo acabé hasta las narices de los pasillos, maldiciéndolos una y otra vez. Sin exagerar, calculo que tardamos alrededor de hora y media sólo en recorrer los pasillos, sin paranos ni una sóla vez.







Cuando parecía que el pasillo se acababa, llegabamos a las estancias de Rafael (un total de 4 habitaciones). Y la última comunicaba con otro pasillo igual o más largo que el anterior ¬¬. A eso sumadle el montón de gente que había, que te impedía adelantar o apretar el paso. A ratos íbamos como en procesión. De verdad, era absolutamente desesperante.
Al menos en las estancias de Rafael había algo que merecía la pena: el fresco de La Escuela de Atenas, que él mismo pintó:




Los pasillos AL FIN llegaron a su fin, y pudimos entrar en la Capilla Sixtina, que estaba plagada de gente (no cabía ni un alfiler). Desperdigados por toda la estancia había un montón de estrictos guardias, que vigilaban la vestimenta de los turistas (como sabéis, no se puede entrar con ropa de verano, ni con gorras o sombreros), hacían guardar silencio (es un lugar sagrado, donde se reune el cónclave tras la muerte de un papa, bla bla bla...) y sobre todo, se encargaban de que nadie hiciera fotos, ni siquiera sin flash. Obviamente, se les escapaban algunos, pero en cuanto veían que alguien no cesaba en su empeño de hacer fotos, directamente los expulsaban de la capilla. Por eso nosotros nos anduvimos con mucho cuidado, y disimulando mucho, conseguimos sacar bastantes fotos. Después de todas las penurias en forma de pasillo que tuve que pasar hasta llegar hasta allí...estaban locos si creían que me iba quedar sin fotos. No de digo...

Al que encuentre el autorretrato de Miguel Ángel que hay en el fresco del Juicio Final sin hacer trampas le doy...mi más sincera enhorabuena xD. No os sintáis frustrados si no lo encontráis, jeje. Si a mí no me lo hubieran explicado en clase no lo encontraría ni de coña:





Lástima que no se vea la parte de abajo del fresco, mi favorita; en la que Caronte (a él si que se le ve un poco, si os fijáis, tiene el remo en posición "que te pego leches") se encarga de transportar las almas de los condenados al infierno (los que se han salvado están en la parte de arriba, en el cielo). En esa foto, ya en el techo, también se ve mi figura favorita (que no viñeta): es la que hay en el centro, justo encima de Jesucristo. Desde que la estudié me gustó, no sé por qué! será por la complicada posición anatómica en la que se encuentra (medio retorcido y mirando hacia arriba), pero me encanta!.


Luego está el techo, que eso ya es la repera...de vez en cuando tenía que bajar la cabeza, porque me tiraba tanto tiempo mirando hacia arriba que me dolía el cuello y me mareaba xD. Mis viñetas favoritas, ahora sí, son las de la Expulsión del Paraíso (en la foto está cortada, a la derecha) y la de la Creación de los Astros y las Plantas (en la que dios señala al Sol). Bueno, tampoco es plan de dejar de lado a la más famosa, La Creación de Adán:





Milagrosamente, conseguimos sitio (si no andabas listo te lo quitaban en una milésima de segundo) en unos pequeños bancos de piedra que hay empotrados a las paredes, y permanecimos observando el maravilloso paisaje un rato más. Daba igual que miraras al techo que a las paredes...todo es bello, lo miraras por donde lo miraras. Sufrí también un repentino ataque de risa al comprobar que todo el mundo ponía cara de mirar de lejos cuando alzaba la vista para ver el techo xD.


Después vimos que había una puerta exclusiva para grupos con guía, que te llevaba directamente a la basílica de San Pedro. Nos intentamos mezclar con ellos, pero había un guarda en la puerta y no coló xD. Así que tuvimos que salir por la puerta normal, volver a los museos (NO a los asquerosos pasillos, afortunadamente) y salir por donde habiamos entrado para ir a la basílica.








Antes de entrar me acerqué al obelisco, alrededor del cual hay varios bajorrelieves que representan ángeles soplando y marcando los puntos cardinales. Uno de ellos, era la pieza clave en el sendero de la iluminación. Había cola para hacerle la foto al angelito, no os lo perdáis. No eramos los únicos que estabamos siguiendo el sendero!:






Una vez dentro de la basílica, confirmé lo que llevaba sospechando desde que supe que iba a ir de viaje: La capilla Sixtina, y la Basílica de San Pedro es lo más bonito que he visto en toda mi vida. No hay palabras para describirlo. Si con el Coliseo casi se me saltan las lágrimas, aquí ya se me acabaron de saltar del todo. Da igual que seas ateo o creyente, que te guste el arte o que no...cuando lo ves no te queda otra opción que rendirte ante semejante belleza y majestuosidad.


Uno no entiende el concepto de la palabra "belleza" hasta que no ha visto todo esto en persona. Es una de esas cosas que hay que ver antes de morir, sí o sí.


En uno de los ábsides más próximos a la entrada, está la Piedad de Miguel Ángel. Está protegida con un grueso cristal, y aquello me recordó a la proeza que conseguí cuando ví la Mona Lisa en el Louvre: abrirme paso, excusándome en italiano, español, inglés y francés, entre los guiris hasta colocarme en primera fila y poder sacar fotos más o menos decentes

Es una escultura preciosa, sólo tenéis que fijaros en la cara de la virgen: esa mezcla de dulzura, resignación, melancolía, dolor y tristeza. En definitiva, la expresión que sólo una madre con su hijo muerto en brazos puede tener. Confieso, al ver esa expresión en persona se me volvieron a saltar las lágrimas, y eso que no soy creyente:




Sobre el resto del interior de la basílica...que las fotos hablen por sí solas:












También, previo pago, se podía subir a lo alto de la cúpula. Pero había leído por ahí que el tramo final no era apto para claustrofóbicos, así que con todo el dolor de mi corazón me tuve que quedar abajo mientras mi hermano y David sí subían. Una curiosidad, siempre me acuerdo porque a mi padre le llamó mucho la atención cuando estuvo, y cuando lo ví en persona me acordé de lo que me dijo. Mirad en esta foto a ese par de chicos que hay en la barandilla, y ahora mirad el tamaño de las letras:



¡Y desde abajo parecen pequeñitas! es impresionante. Como dije en la entrada anterior...allí todo es a lo grande xD. En fin, mirad que vistas me perdí por culpa de mi claustrofobia:




También teníamos pensado bajar a la cipta papal, pero cuando quisieron bajar de la cúpula se nos había hecho tarde y nos la cerraron :(
Permanecimos en la plaza, como si nos resistieramos a abandonar aquel lugar, un rato más, sacando fotos. Después, camino del metro, nos fuimos parando en los puestos para comprar recuerdos de última hora, y finalmente volvimos al hotel.


Tras descansar un buen rato, mi hermano y David salieron a cenar (después me enteré de que habían ido ni mas ni menos que a la Piazza Navona, y que les habían clavado 30 euros por cabeza. Al menos dicen que mereció la pena). Yo estaba demasiado cansada como para andar tanto, así que sólo salí a comprarme un kebab (que estaba a escasos 5 minutos del hotel) y volví a la habitación para cenar tranquilamente. Todo a lo grande, incluso la comida: me pusieron el kebab más grande (y más relleno) que jamás me han puesto. Me lo terminé de comer por pura cabezonería. Me puse cerdísima.
Mientras cenaba estuve viendo una peli de Alec Baldwin y Ben Kingsley doblada al italiano. No me enteré de nada, pero al menos hacía compañía.


Y hasta aquí la entrada de hoy. La próxima y última será bastante más corta. Os lo merecéis, después de leer todas mis larguísimas y pedantes aventuras ;)


Más fotos en facebook y gracias! ^^