viernes, 19 de diciembre de 2008

Toledo here we go...

Pues ya estamos planeando nuestra visita anual a Toledo. El año pasado la cambiamos por Segovia...y en qué hora se nos ocurriría: lo único que merece la pena es el acueducto, el alcázar y el cochinillo (porque la catedral, bajo mi punto de vista, me parece bastante...difícil de ver, por no decir fea). Por eso, este año más que nunca, no veo el momento de coger el AVE y plantarme en Toledo.

Supongo que el 50% de mi sangre, que es manchega en general y toledana en particular, me impulsará a volver allí, pero aún así, Toledo tiene un encanto especial. Sin contar Madrid, es la ciudad más bonita que he visto en mi vida. Y más ahora en Navidad.



Al llegar a la estación y tras caminar un poco, el majestuoso puente de Alcántara nos recibe, y nos ofrece unas maravillosas vistas del alcázar (por cierto, 3 años que llevo yendo...y 3 años que me he quedado sin verlo por dentro, porque están de obras ¬¬). Nos introducimos en una serie de pasillos con cuestas que bien podrían pertenecer a un castillo (si tuvieran techo). Esos mismos pasillos de adoquín que, de vuelta a la estación, de noche con las heladas, se convierten en el lugar idóneo para pegarse un buen culetazo (doy fe).

Luego nos encanta perdernos por esas callecicas estrechas y angostas.

La próxima parada es la catedral. Para mí, la más bonita que hay en España, sin lugar a dudas (es un gótico menos internacional que las demás, muy nuestro, se nota algo la mezcla de elementos). Podría gastar toda la memoria de una tarjeta en hacerle fotos al pantocrátor, me encanta. Y de noche...iluminada...como diría Perro Muchacho: "Eso es toa la gloria, muchacho!"

Luego nos gusta seguir callejeando hasta que llegamos a la iglesia de los jesuitas. Subiendo las escaleras hasta los torreones te puedes morir, porque son altísimos. Menuda paliza! recuerdo que el primer año, cuando subía, como hay que ir en fila de a uno, no me pude parar a descansar porque llevaba un señor detrás y me daba cosica pararme. Llegué arriba y pensé que me moría, no me llegaba el aire xD. Eso sí, una vez arriba, las vistas son preciosas.

La puerta de la muralla también es preciosa...imponente es la palabra. Lo dicho, que lo más doloroso es volverse a Madrid después de pasar allí el día.

Iremos la semana que viene, ya pondré fotos.



Por último, la entrada de Hikari me ha inspirado y me voy a copiar (jeje). Me gustó mucho este árbol tan burtoniano cuando le ví. ¿Dónde le encontré?...en Toledo, cómo no.




PD= Casi tan importante como la catedral para nosotros es la famosa "Calle Corso". Obviamente, no se llama así, pero así la bautizamos. El último año que fuimos nos volvimos locos buscándola hasta que por fin dimos con ella. Ahora que sabemos donde está, será una parada obligatoria. Todo esto tiene una historia, que ya contaré en su momento, jeje

1 comentario:

Irma dijo...

Jooooorl!! Qué envidia me daaas!!! Me encantaría visitar Toledo... bueno, Toledo e infinidad de ciudades y pueblos de España que todavía no he visto. Mis conocimientos en este aspecto fuera de Galicia se limitan a Madrid, Barcelona, Zaragoza (de la que apenas vi nada) y Mallorca. Lo que me queda por ver!!