Esta mañana, una semana después de la finalización de mi contrato, por fin he firmado el finiquito. El día de la nevada me dijeron que ya me llamarían, pero nada, que no me llamaban. Así que decidí una cosa: si había cobrado, que los dieran por ahí y que me llamaran cuando les diera la gana (que es su responsabilidad), pero si no había cobrado la cosa cambiaría. Y efectivamente, no he cobrado, así que ya me encabroné y decidí llamar yo.
45 minutos más tarde de la hora a la que me habían citado(como me hicieron el día de la entrevista) me han hecho pasar para firmar unos papelajos. Sabía que me iban a pedir la llave de la taquilla y del almacén, pero lo que no sabía es que también me iban a pedir la chapa con mi nombre y...(ojo) los polos!. Harán alrededor de 12.000 euros al día y luego van y me piden los polos. Qué rata nuis.
Tras firmar las cosas, la chica de recursos humanos me ha dado un test para que valore mi estancia en la empresa. Estaba deseando llegar al apartado de mi relación con el jefe cuando, para mi sopresa, veo que todas las opciones son buenas. Así que esa la he dejado en blanco, porque la relación con mi jefa ha tenido más cosas malas que buenas.
Todo esto me ha hecho pensar en esa compleja figura que son los jefes. Esos que dicen que hay jefes majos...mentira cochina. Son tus superiores, y lo peor es que ellos lo saben, así que van a aprovechar cualquier oportunidad que se presente para putearte. Esto es así aquí y en Lima.
Lo que ya no sé es si son cabrones de nacimiento, si de niños eran como el de "La Profecía", o si se van formando poco a poco. Supongo que habrá muchas maneras: se cayeron de cabeza al nacer (o nacieron de culo), los niños de la guardería le quitaban sus juguetes y se los enterraban...quién sabe.
En mi caso, mi jefa era una especialista en sacar de quicio a la gente y en hacer que tengas que morderte el puño para no decir una burrada (o para que ese puño no vaya a parar a otro sitio). No sé si ya lo habré dicho más veces, pero soy una persona muy pero que muy orgullosa, y si hay algo que me jode, es que me traten como si fuera tontica, o como si tuviera dos años. Y sobre todo...con que me digan las cosas una vez es suficiente. Y hay maneras y maneras de decirlas.
Otro rasgo (esta vez negativo) de mi orgullo es que me daba rabia el hecho de tuviera pocos años más que yo (no llega a los 30 ni de coña). Esto me ha hecho pensar, a su vez, en qué haría yo si estuviera en la situación de Dennis Quaid en "In Good Company". Conociéndome como me conozco, no creo que yo, si tuviera 51 años, hubiera soportado tener a un niñato de 26 como jefe. Eso ya es superior a mis fuerzas. Espero no estar nunca en esa tesitura, por Dios.
Por otra parte, mucha gente me dice que si me lo propusiera podría llegar a ser jefa. Vale, es posible que me guste llevar los pantalones, que tenga madera de líder, y que (confieso) sea un poco dominanta, pero yo no quiero ser una cabrona de mayor!
nombre de entrada . com
Hace 10 años

1 comentario:
Me ha matado eso de que en la sección del jefe solamente pusieran cosas buenas... Podías haber puesto un comentario de tu puño y letra, en plan: como el ojete o algo así. XD
Publicar un comentario